Page 23 - Revista State Of Mind
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La frivolización de la


                                                                   salud mental:



                                                                   Un asunto de


                                                                   popularidad






                                                                          Antes  los  trastornos  mentales  eran  un
                                                                          tabú o se retrataban de tal forma que hacía
                                                                          difícil que sus víctimas pudieran sentirse
                                                                                 identificadas con su representación.
                                                                          Hoy forman parte de cualquier repertorio
                                                                                              pop a cualquier precio.
                                                                                       ¿Hemos ido demasiado lejos?



                                                                        a salud mental está cada día más presente en
                                                                        la conversación social. Y esa desestigmatiza-
                                                                  Lción progresiva está permeando en la música,
                                                                   el cine, la literatura, las celebridades, las series y las
                                                                   redes sociales hasta tal punto que se ha generado un
                                                                   efecto adverso:  la  gente  comparte  memes  sobre  su
                                                                   depresión, las tiendas venden camisetas con eslóga-
                                                                   nes como “mi ansiedad me persigue, pero yo corro
                                                                   más rápido” y proliferan expresiones como “tengo un
                                                                   poco de TOC”, “yo es que soy un poco bipolar” o “a
                                                                   ver si me muero”. El humor, claro, ayuda a aligerar el
                                                                   tabú en torno a la salud mental, ¿pero está la sociedad
                                                                   moderna pasándose de frenada hasta frivolizar con
                                                                   las enfermedades mentales?

                                                                   Desde los 90, las enfermedades mentales han ido de-
                                                                   jando de ser palabras prohibidas para desparramar-
                                                                   se en el léxico popular con una naturalidad que no
                                                                   ha dejado de crecer desde el asentamiento de inter-
                                                                   net primero y las redes sociales después. Expresiones
                                                                   como “¡estás anoréxica!”, aunque cómicas e inofen-
                                                                   sivas en sí mismas, contribuyen a devaluar la grave-
                                                                   dad de la enfermedad hasta el punto de que, cuando
                                                                   la tienda Ban comercializó colgantes de oro con las
                                                                   palabras “ansiedad” o “depresión” a 48 dólares la uni-
                                                                   dad, el fabricante los promocionaba asegurando que
                                                                   esos accesorios “abren un diálogo” en torno a la salud
                                                                   mental. Los colgantes se agotaron en cuestión de días.

                                                                                                                   23
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