Page 11 - Apofénicos Vol.3

Capitulo VII: Del crepúsculo del día

al de la noche.

Fue así que tuve la necesidad de mirar otra vez ese gran ojo azul, con

miradas de oleaje infinitas. Al verlo fijamente este se convirtió en un
gran lago cubierto por nieve. Pero poco a poco se derretía. Llevándose
a algunos mortales que ahí se encontraban parados tal cual si fueran
tótems llenos de color.
Al ver su rostro vi interminables hilos de energía expandiéndose en
mi piel con tonalidades de espejo.
Miraba todos esos ecos caleidoscópicos de esa ciudad vidrio.
Ignoró el tiempo que debí permanecer en “Amniocentesis”.
Pero hubo un momento en el que permanecí inmóvil, con

los ojos inertes. Parecía no poder percibir los sonidos
que a mi alrededor había.
Yacía en la arena, como una pequeña gota de
lava. Era así como yo dejaba que girara el cielo;
desde el crepúsculo del día hasta el de la
noche. Es así como la estrella me llevará
por siempre en su río.

“Amnion” La ciudad amniótica.
| por Monad
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