Page 9 - cuentoflip
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tras Bruno olfateaba los zapatos de Jairo sin dejar de mover el rabo
en señal de alegría. Kira siempre decía que a Bruno se le conten-
taba con comida o rascando su lomo. Dos acciones que hacían al
perro un amigo fiel para toda la vida.
—Jairo, mi padre nos da permiso para poder visitar la casa. Dice
que está intacta, tal y como la dejó la última mujer que vivió en
ella. Han empezado a restaurarla. Dice que es una casa maravillo-
sa, que incluso hay un árbol de navidad montado en el salón.
Los niños se acercaron a la casa. Un misterio parecía interponerse
entre la casa y ellos. Sintieron un áura muy especial. Pero no se
dijeron nada. Eran esas sensaciones que nunca se comparten con
nadie.