Page 9 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                         Bueno,  todo  eso  sucedió  y  cuando  menos  lo  pensaba  ya  fui

                  creciendo más y más, ambos me llevaron a la escuela el primer día. Me
                  sentía tan contenta que mis padres estuvieran presentes en ese momento

                  en el que daba un pequeño paso en mi vida escolar.
                         Y así pasaban esos días, pero poco a poco eso fue cambiando, ya

                  no eran ambos los que me llevaban a la escuela, de mamá y papá que era

                  al principio, ahora sólo era mamá.
                         Papá tampoco me recogía de la escuela a la salida, mamá empezó

                  a encargarse de todo. Él llegaba a altas horas de la noche  y solo nos

                  encontraba dormidas.
                         Una tarde encontré a ambos discutiendo, en realidad ellos no se

                  percataron de mi presencia, solo estaba a un lado observando. Escuché
                  cómo  mamá  le  reclamaba  a  mi  padre  por  no  pasar  tanto  tiempo  con

                  nosotras y también vi cómo papá subía el tono de voz al hablarle a mamá

                  y  empecé  a  asustarme,  creí  que  iba  a  pasar  algo  malo.  Hasta  que  se
                  dieron  cuenta  que  estaba  ahí  mirando  todo.  Ellos  se  sorprendieron  y

                  automáticamente dejaron esa discusión y mamá vino a decirme que “todo

                  estaba bien”.
                          Pero  no  fue  así,  no  todo  estaba  bien,  algo  malo  ya  estaba

                  surgiendo.

                         Recuerdo  que  al  día  siguiente  no  había  labores  en  la  escuela  y
                  simplemente pensé que podríamos pasarla en familia. Y no, esta vez papá

                  no llegó a almorzar con nosotros, éramos mamá y yo. Le pregunté a mamá

                  por  qué  papá  no  estaba  ahí  con  nosotros  y  me  dijo  que  estaba  muy
                  ocupado en el trabajo. No llegó a almorzar con nosotros, pero sí llegó

                  temprano a casa y sentía el ambiente muy tenso entre mamá y él.

                         Cada vez sentía que ellos se iban distanciando, por más cerca que
                  se  encuentren.  Las  veces  que  papá  almorzaba  con  nosotros  eran

                  mínimas, nada comparado a lo de antes.

                         Pero aún tenía esperanzas de que todo eso cambie para bien. Así
                  que las veces que papá llegaba a casa lo esperaba con un abrazo. Las

                  esperanzas aún seguían en pie, hasta que un día papá llega muy molesto
                  a  casa  y  nosotras  no  sabíamos  qué  era  lo  que  estaba  sucediendo,
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