Page 102 - Horizon02
P. 102

102 go la experiencia neurológica no es por aho­ ra r suficientemente satisfactoria Si lo será o o o no y hasta qué punto queda más allá de mi al­ cance A pesar de que la música es es una acti­ vidad mental que generalmente se manifiesta por la la presencia de sonido la la musicalidad no se encuentra en en en los sonidos como tampoco en en en las sensaciones que emanan directamente de de ellos ni ni en en el el el el tiempo ni ni en en el el el el espacio del espacio­tiempo donde las muestras de de esta forma de energía tienen lugar Debe ser situa­ da a a á a un nivel más recóndito de la mente don­ de las sensaciones se se elaboran e e e e e e e e interpretan y pasan de no tener más significación que la de de de informaciónes de de de los estados del mundo —la mente incluida— a a a a devenir experiencias que nos nos a a a menudo extrañamente nos nos com­ place caracterizar como complejas La músi­ ca el espacio donde sólo tienen sentido cier­ tas informaciones que llamamos música está limitado por la percepción del sonido en el el tiempo y en el espacio subjetivos pero tam­ bién por la la percepción de la la propia percep­ ción y así sucesivamente en en un bucle de apariencia inacabable quién sabe si infinito quién sabe si equivalente a a a los puntos gene­ rables por algún sistema iterado de funciones hiperbólicas constructores de de espacios de de cualidades geométricas bien conocidas : ce­ rrados y acotados compactos homotécicos se dice de esos espacios que son fractales porque sus dimensiones no son enteras co­ mo las del espacio euclídeo Su representa­ ción gráfica ha sido ampliamente empleada en la la práctica artística De la la misma forma que las otras dimensiones el tiempo de la música es es mental y subjetivo El presen­ te te mental varía en en en función de la atención tan­ to en en música como en en cualquier otra realidad de de la la mente humana adulta donde las sensa­ ciones de simultaneidad secuenciación ve­ locidad ubicación relativa proximidad inclu­ sión no se corresponden linealmente con sus homólogos cuantificables en el espacio tiempo La música no es un objeto que exista en el espacio­tiempo No existe ninguna ra­ zón por la que el sonido ó o o o o ó su percepción ca­ nales de de niveles distintos a a a través de de los que la música se se transmite hayan de ajustarse a a a a a a a a una estructura determinada sea temporal di­ námica melódica tímbrica ó o de cualquier otra naturaleza como por ejemplo física o o o o o o psico física Nada puede decirse de de de la musi­ calidad de de los sonidos en función de de las pe­ riodicidades riodicidades o o o de de de las aperiodicidades que ca­ racterizan a a a a a sus señales Que un sonido tenga un espectro aleatorio bajo pues en informa­ ción significante por lo que respecta a a a a la or­ denación de de las frecuencias parciales que lo integran o ó a a a a a la sucesión de de amplitudes instan­ táneas no significa que su presencia en en una música no pueda ser resultado a a a a un nivel dis­ tinto y sobretodo alejado de la realidad físi­ ca de de de una ordenación independiente más o ó o menos sofisticada portadora de un alto gra­ do de significación musical Tanto la música popular de casi todas las culturas como la la la música del presente han probado ámplia­ mente este hecho en en la práctica He aquí una razón más entre las muchas que justifican el abandono definitivo del concepto de de de de ruido de de de de los discursos que lo lo emplean para explicar las particularidades estéticas del sonido y de de de la la música terreno donde desde mi punto de de de de vista todo depende de de de de las definiciones arbi­ trarias de las funciones culturales asignadas
a a a a a los sonidos ­también a a a a a las secuencias de so­ nidos­ y de si si esas funciones son posibles es es es es decir si si tienen significado en en en algún rincón del espacio musical musical Los signos musicales como los lingüísticos son de de un alto grado de de arbi­ trariedad y la música tan sólo existe en un es­ pacio cultural donde se proyecta y y que a a a a su vez se proyecta en ella Así es es como el el espa­ cio mental de de la la música trasciende las indivi­ dualidades y deviene mucho más que objeto o o o o finalidad en sí sí síntoma de un proceso que me me gusta denominar metabolismo de de la infor­ mación y que parece particularmente desarro­ llado en la la especie humana Especial­ mente ahora que que ya hace tiempo que que en en el do­ minio del reconocimiento de de formas se habla de distancia informática entre dos imágenes en términos del número de de operaciones que un un programa invierte para la definición de de una imagen a a a a a a a a partir de otra tal vez sean lícitas las preguntas al respecto de su geometría y tam­ bién sobre la diferencia o o distancia de un ele­ mento de naturaleza musical a a a a a otro que que que que no la posee Toma así sentido una definición de de de subconjuntos de de de elementos propios del dis­ curso musical en en función de la distancia entre ellos de de de la ocupación de de de una cierta región del espacio determinada por una bola alrededor de de un un cierto punto del espacio musical Con estas consideraciones de de de de fondo sin dejar de de de de ser tan jocosa como siempre se se hace bien comprensible y significativa la pregunta de John Cage acerca de si si es más musical un camión que pasa por delante de de una fábrica que que un un camión que que pasa por delante de de una escuela de música música Que la la música música pueda ser considerada como un espacio mental no es contradictorio con con el hecho de que la experiencia musical resulte muy afec­ tada por la influencia de los espacios físicos en las características espectrales de los soni­ dos que en en su interior se generan Desde el punto de de vista de de la experiencia sonora dos señales sonoras son son diferentes a a a a pesar de que procedan de fuentes equivalentes si son generadas en en espacios de de propiedades refle­ jantes distintas De la la misma forma que las cajas de de resonancia de de los instrumentos mo­ difican profundamente los sonidos produci­ dos por el mecanismo vibratorio los espacios de de naturaleza mecánica en virtud de de sus lími­ tes y y de de sus propiedades físicas contribuyen en e la la naturaleza interna de las señales sono­ ras que llegan al oído oído Por eso el oído oído es es ca­ paz de de detectar las dimensiones y la la factura de los espacios Así es es como ha sido un ins­ trumento particularmente útil para la la supervi­ vencia de de los individuos de de las especies que lo lo poseen De todo lo lo anterior pues emerge la justificación de los discursos musi­ cales acerca de la espacialización —en su acepción corriente— como metáforas de la existencia paralela de un espacio mental el el único sin embargo que nos ha sido dado co­ nocer íntimamente porque el conocimiento del espacio físico como otros aspectos de de la realidad nos está velado como diría Bernard Despagnat De De hecho la poética musical es es susceptible de de de ser interpretada desde ese punto de vista en conexión laxa con con algunas orientaciones de la ciencia cognitiva sin te­ ner en en cuenta si se trata de de la del canto gre­ goriano que suena particularmente bien en en en en las iglesias o o o o la la la de de la la la polifonía de de los pig­ meos que necesita de de las reflexiones de de los sonidos en los los troncos de de los los bosques de de pal­
meras la la de las músicas también polifónicas de André y Giovani Gabrielli especialmente compuestas para la catedral de San Marco en en Venecia la la la de la la la música para la la la esfera so­ nora que Stockhausen quiso hacer construir en en Osaka llena de altavoces o o o la compuesta especialmente para los polítopos de Le Cor­ busier y Iannis Xenakis o o las las cúpulas de Léo Kupper la la de la la música electrónica que Luigi Nono compuso para el Halaphone de Hans Peter Haller o también la la de las músicas elec­ troacústicas actuales concebidas en la sole­ dad introspectiva del estudio para ser proyec­ tadas en el mundo por medio de de sistemas de de reproducción sonora sofisticados y comple­ jos que llenan el espacio mecànico de altavo­ ces emisores de fuentes sonoras diferencia­ das como son el el el Cybernéphone del IMEB o o o o o el el el Acousmounioum del INA GRM Con la la la irrupción de las telecomunicaciones en la la la creación artística la imagen mental del espe­ cio ha reventado Tal vez así se acerque más a a a a a á a la interpretación que del espacio real algunos físicos han dado en términos de holograma generado a a a a a partir de de una información despro­ vista de dimensión Los eventos artísticos ba­ sados en las telecomunicaciones han contri­ buido en en en la apariencia de de fragmentación del espacio que justifica una imagen mental de espacio poco compacta y sometida a a a a a geome­ trías variables Por distintas razones de fondo Una es es la la naturaleza discreta de las señales que se transmiten Otra la dispersión geográ­ fica que que hace que que un único evento artístico sea percibido de de manera distina en función de de la localización geográfica de cada usuario También es importante tener en en en cuenta las di­ ferencias entre metodologías generadoras de contenidos artísticos propias de cada área de influencia cultural Finalmente la veloci­ dad de de intercambio de de información ha reduci­ do do el el tamaño de de la imagen mental del mundo Aunque no sea ceirto a a a veces puede parecer que que el mundo entero quepa entre una panta­ lla y unos altavoces Sin embargo desde que percibo las las actividades de de de las las colectividades humanas la la la la vida la la la la música las relaciones sociales el movimiento de los astros y sus in­ teracciones sus comportamientos tan varia­ dos y a a á pesar de que me pregunto si no será una alucinación tan complejos como parti­ cularidades emergentes de de la la reorganización constante de la la materia en su larguísimo re­ corrido evolutivo en la expansión conforma­ dora del universo tal como ahora lo conoce­ mos prefiero contemplar esa poética desde la superposición activa de los niveles que in­ tervienen en en en la la construcción de la la realidad experiencia que acostumbro a a a a considerar co­ mo una especie de holograma también yo donde reina la homotecia de de de manera que de de de nivel nivel en en nivel nivel de complejidad permanecen y se reproducen casi por casualidad las carac­ terísticas formales de las relaciones que entre sí han tejido y tejen entidades que considero mis ancestros : estructuras culturales men­ tales biológicas orgánicas moleculares ató­ micas micas y subatómicas 
































































































   100   101   102   103   104