Page 181 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
quemaré montando un ritual.
Mi querido hermano Kevin estuvo encantado de venir a Dublín y saquear la
casa de Comosellame para recoger el resto de mis pertenencias, las cuales le
fueron entregadas sin rechistar, probablemente por miedo a que le vuelvan a
romper la nariz. Incluso me ha dado el sofá negro de piel que ya estaba en la
casa antes de que me casara con él, pero, qué demonios, me lo he ganado.
RUBY: Por lo que cuentas te va a quedar precioso, Rosie. Un verdadero hogar.
ROSIE: Sí, ahora sólo me falta librarme del olor a curry que nos envuelve y que
traspasa las paredes de todo el edificio. Se me han pasado las ganas de comer
indio para siempre.
RUBY: Vaya, ése es el mejor régimen que he oído en mi vida. Ponte a vivir encima de
un restaurante y el olor te hará aborrecer la comida.
ROSIE: Me parece que has encontrado un filón.
¡EiJe desde Singapur!
Lo pasamos de maravilla. ¡No queremos volver a casa! Suerte con tu nuevo
trabajo, cariño. ¡Pensamos en ti mientras hacemos el vago junto a la piscina! (Es
broma.)
Besos,
Papá y mamá
Tiene un mensaje instantáneo de: ALEX
ALEX: ¿Tienes un minuto para chatear?
ROSIE: No, lo siento, estoy muy ocupada lamiendo sellos.
ALEX: Ah, vale. Ya te llamaré más tarde.
ROSIE: Era una broma, Alex. La señorita Narizotas Malaliento Casey me ha pedido
que monte el primer boletín del curso, así que estoy en la página web de la
escuela tratando de averiguar qué ha sucedido o está sucediendo que merezca
la pena publicar. Se me ha ocurrido que el artículo principal podría escribirlo
sobre mi incorporación al centro.
ALEX: ¿Qué tal es el trabajo?
ROSIE: Está bien. Llevo unas cuantas semanas aquí, de manera que ya me he
amoldado y me va bien. Nada digno de mención.
ALEX: Perdona que no te haya dicho nada antes. No me había dado cuenta de que
había pasado tanto tiempo. Las semanas pasan volando.
ROSIE: No pasa nada. Supuse que andarías liado. Ya me he mudado al apartamento y
tal.
ALEX: Ostras, es verdad. ¿Cómo es?
ROSIE: No está mal. Era una pocilga cuando entré, pero Brian el Llorica me ayudó
mucho. Arregló lo que estaba roto y limpió lo que estaba sucio. Como un
esclavo perfecto.
ALEX: ¿Os lleváis bien, entonces?
ROSIE: Mejor. Ahora sólo me vienen ganas de estrangularlo unas diez veces al día.
ALEX: Bueno, es un principio. ¿Hay romance a la vista?
ROSIE: ¿Qué? ¿Con Brian el Llorica? Tienes que hacerte mirar la cabeza. Ese hombre
nació para rascar moho y pulir suelos, nada más.
ALEX: Vaya. ¿Hay alguien más en tu vida?
ROSIE: Pues sí. Una hija de trece años, un trabajo nuevo y un cajón lleno de facturas.
Tengo las manos bastante ocupadas en este momento. Aunque mi vecino me
invitó a salir con él el próximo fin de semana.
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