Page 220 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
Capítulo 44
Querida mamá:
Perdona que no haya escrito antes, pero es que he estado tan liada desde que
aterricé que no he tenido ocasión de coger un bolígrafo. Aquí hace mucho calor en
estos momentos, así que me estoy currando un buen bronceado para cuando venga
John. ¡Quiero parecer una auténtica belleza playera cuando vaya a recibirlo al
aeropuerto!
Papá me recogió en el aeropuerto, lo cual fue una experiencia bien extraña.
Extraña por verlo vestido, o quizá debería decir desvestido, con pantalones cortos y
chanclas. No sabía que tenía piernas. Te habrías muerto de risa al verlo. Llevaba una
camisa de estilo hawaiano azul marino con fl ores amarillas, aunque insistió en que
era negra (por cierto, creo que ya sabes que el traje que llevó al baile de debutantes
era azul; es completamente daltónico).
Tiene un descapotable azul eléctrico, y es muy guay (él piensa que es negro) ya
que nunca había ido en descapotable hasta ahora. La isla es preciosa. Papá vive en un
complejo que está muy bien, justo fuera de la parte más bulliciosa de la ciudad y hay
unos diez chalets pintados de blanco que comparten una piscina. Hay un tío muy
guapo que vive justo enfrente de la casa de papá y se pasa el día bañándose y
tomando el sol. Está tan moreno y cachas y es tan guapo que me paso el día entero en
la piscina babeando. Papá intenta ahuyentarlo y no para de decirle que se ponga la
camiseta. Finge que lo hace en broma, pero se le ve muy enfadado cuando se lo dice.
Toby y Monica vienen la semana que viene, lo cual será divertido siempre y
cuando Monica mantenga el pico cerrado. Se alojan en un hotel de la ciudad y hay
montones de clubs superguays en la zona. Pero antes de que te pongas hecha una
furia, deja que te diga que el día que llegué, papá me llevó de una punta a otra de la
calle de los bares y discotecas y me presentó a todos los gorilas y los dueños. Pensé
que lo hacía para que luego me reconocieran y me dejaran entrar, pero cuando quise
ir de bares la semana pasada ninguno de ellos me dejó pasar. Ninguno. Pensé que
igual odiaban a papá y lo hacían para fastidiarle, pero ayer un gorila que trabaja en
un club que está al final de la calle vino al local de papá con su hijo de quince años
que también ha venido a pasar el verano con él, y se lo presentó a papá y a los
porteros. Entonces oí que papá decía a los tíos de la puerta que se acordaran de la
cara del chico y no le dejaran entrar.
Así que sólo voy al club de papá casi cada noche. Ayer me dejaron estar en la
cabina del DJ casi toda la noche para ver cómo trabajaba. Lo de esta isla es una
locura. La discoteca de papá es muy enrollada. Cada noche está a tope y apenas
puedes moverte en la pista de baile. Aunque a nadie le importa; parece que cuanto
más lleno y mal ventilado está un sitio, más de moda se pone.
El DJ residente es DJ Sugar (¡es fan-tás-ti-co!) y estuvo toda la noche
enseñándome cómo se manejan los aparatos. Hasta me dejó ocupar su sitio un ratito.
El asunto era que la gente no se diera cuenta, porque quer ía parecer tan buena y tan
profesional como Sugar, pero al levantar la vista vi que todo el mundo me estaba
mirando porque papá llevaba una cámara enorme al hombro e intentaba que la peña
posara delante de la cabina del DJ. Qué bochorno.
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