Page 261 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris
               terminado la cena y finalmente, hacia las dos de la madrugada, nos pidieron que nos
               marcháramos.   Me   parece   que   no   me   había   reído   tanto   en   mi   vida.   ¡Seguimos
               conversando mientras paseábamos por la playa y había algo mágico en el aire!
               Hablamos de los viejos tiempos y nos pusimos al corriente de los nuevos.
                     Mamá, no sé si fue cosa del vino, del calor, de la comida o de mis hormonas,
               pero anoche se desataron fuerzas misteriosas. Toby me tocó el brazo y... no sé, fue
               como si me pasara la corriente de la cabeza a los pies. Tengo casi treinta y un años y
               nunca había sentido algo así. Y entonces se hizo el silencio. Un silencio realmente
               extraño. Nos miramos el uno al otro como si nos estuviéramos viendo por primera
               vez. Era como si el mundo hubiese dejado de dar vueltas sólo para nosotros. Un
               silencio extraño y mágico.
                     Entonces me besó. Toby me besó. Y fue el mejor beso que me han dado en
               treinta años. Y cuando separamos los labios mis pestañas se abrieron despacio y lo vi
               mirándome fijamente como si estuviera a punto de decirme algo. Y en el más puro
               estilo Toby me dijo: «Apuesto a que había pimiento en tu comida».
                     Qué bochorno.
                     Me llevé las manos a los dientes de inmediato, recordando las bromas que
               siempre me hacía a propósito de la comida que se me quedaba pegada en los
               aparatos. Pero él me cogió las manos, me las apartó suavemente de la boca y me dijo:
               «No, esta vez lo he saboreado».
                     Por poco me fallan las rodillas. Me resultaba muy extraño que fuese Toby quien
               me estaba besando, pero por otra parte me parecía lo más natural del mundo y creo
               que justamente por eso me resultaba tan extraño, no sé si sabes qué quiero decir.
                     Hoy nos hemos pasado el día entero juntos y sólo de pensar que volveré a verlo
               esta noche se me hace un nudo en el vientre. El corazón me late con tanta fuerza que
               las vibraciones prácticamente hacen que el guardapelo me golpee el pecho. Ahora sé
               a qué se referían mis amigas cuando intentaban describirme esta sensación. Es tan
               buena que es indescriptible. Papá no ha parado de burlarse de mí por pasarme el día
               sonriendo como una boba.
                     ¡Toby me pidió que me mudara de nuevo a Dublín, mamá! No para vivir con él,
               por supuesto, sino sólo para que estemos más cerca. Y creo que lo voy a hacer. ¿Por
               qué diablos no? Me liaré la manta a la cabeza y saltaré al vacío y todos esos tópicos y
               ya veremos dónde aterrizo. Pues si no sigo este sentimiento ahora mismo, ¿quién
               sabe dónde estaré dentro de veinte años?
                     ¿Te parece una locura? ¡Menudas veinticuatro horas acabo de pasar!



                     De: Rosie
                     Para: Katie
                     Asunto: ¡Sí!
                     ¡No es ninguna locura, Katie! ¡De verdad que no es ninguna locura! Disfrútalo,
               cielo. Disfruta cada segundo de ello.



                     De: Katie
                     Para: Alex
                     Asunto: ¡Enamorada!
                     ¡Mamá llevaba razón, Alex! ¡Te puedes enamorar de tu mejor amigo! ¡Ya he
               hecho las maletas y me voy de vuelta a Dublín con el corazón lleno de amor y
               esperanza y la cabeza llena de sueños! Mamá siempre me hablaba del silencio que
               experimentó   hace   años.   Decía   que   cuando   sintiera   ese   silencio   con   alguien
               significaría que estaba con «mi hombre». ¡Estaba empezando a pensar que se lo había
               inventado, pero resulta que no! ¡Este silencio mágico existe!




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