Page 98 - Donde termina el arco iris
P. 98
CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
Capítulo 21
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¿Carta?
Alex, he registrado de arriba abajo la cocina buscando tu carta, he buscado
hasta en el último rincón de la casa y Katie y Greg juran que no le han puesto un
dedo encima, así que no sé dónde más podría estar. ¿Seguro que la dejaste aquí?
Íbamos con tanta prisa para llevarte al aeropuerto aquella mañana que a lo mejor te
olvidaste. He registrado el cuarto de invitados donde dormiste. Sólo he encontrado
una camiseta ¡pero ahora es mía y no la vas a recuperar!
¿Qué decía esa carta? Ayer no me llamaste cuando salí del trabajo. ¡De verdad
que me tienes en ascuas, Alex!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Carta
¿Cómo van las cosas con Greg? ¿Eres feliz?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Greg
Caray, esto sí que es cambiar de tema. Es una pregunta muy directa.
A ver, sé que te das cuenta de que estamos pasando una mala racha y que estás
preocupado. Y también sé que no lo puedes ver ni en pintura, lo cual me complica
bastante las cosas, porque te aseguro que me encantaría que pudieras verlo con mis
ojos.
En el fondo, bajo todas sus capas de estupidez, es una buena persona. Puede
que ponga en práctica demasiadas de sus ideas egoístas y que diga siempre lo que no
toca en el momento menos indicado, pero de puertas para adentro es un buen amigo.
Entiendo que manifiesta inclinaciones idiotas pero eso hace que le quiera. Quizá no
sea alguien con quien estés a gusto si te toca sentarte a su lado en una cena, pero para
mí es alguien con quien me siento a gusto compartiendo mi vida.
Sé que a los demás os cuesta comprenderle. Lo único que veis es una paranoia
sobreprotectora, pero, qué quieres que te diga, eso hace que me sienta segura y
deseada. ¡Y su estupidez me hace reír! Nos queda todavía mucho trecho por recorrer
antes de llegar a ser la pareja perfecta. Desde luego no vivimos un matrimonio de
cuento de hadas, no me ducha con pétalos de rosa ni me lleva fines de semana a
París, pero cuando me corto el pelo se da cuenta. Cuando me arreglo para salir me
hace un cumplido. Cuando lloro, me seca las lágrimas. ¿Y quién necesita París
cuando te pueden dar un abrazo?
En un momento impreciso, sin que ni yo me diera cuenta, me he hecho mayor,
Alex. Por una vez no seguí los consejos de nadie sobre lo que debía hacer o dejar de
hacer. No podía correr a refugiarme en los brazos de papá y mamá, ni puedo
- 98 -