Page 120 - Cementerio de animales
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de anexo de Pet Sematary, como si dijéramos. El camino es chulísimo, tesoro.
Cualquier día te llevo, para que pongas unas flores en la tumba, o sea, en el cairn.
Pero eso, cuando se hielen las arenas movedizas y los osos se hayan ido a dormir para
todo el invierno.»
Louis colgó el teléfono, cruzó hacia el fregadero y llenó la pila de agua caliente.
Se quitó la camisa y se lavó. A pesar del frío, había sudado como un cerdo y a eso
olía, a cerdo.
Había restos de asado de carne en el frigorífico. Louis los cortó en lonchas que
puso sobre una rebanada de pan y agregó dos rodajas de cebolla. Se quedó
contemplando unos momentos el plato y luego lo roció de ketchup y lo cubrió con
otra rebanada de pan. Si Rachel y Ellie hubieran estado allí, habrían fruncido la nariz
con idéntica mueca de repugnancia: ¡púa, qué basto!
«Pues ustedes se lo pierden, señoras —pensó Louis con vivo regodeo, mientras
devoraba el bocata. Estaba de fábula—. Dice Confucio que quien huele como un
cerdo come como un lobo», pensó sonriendo. Hizo bajar el bocadillo con varios
tragos de leche que bebió directamente del cartón —otra costumbre que Rachel
detestaba—, subió a su habitación, se desnudó y se metió en la cama sin cepillarse los
dientes. El dolor muscular se había reducido a un hormigueo que casi resultaba grato.
El reloj seguía donde lo había dejado. Louis miró la hora. Las nueve y diez.
Increíble.
Louis apagó la luz, se volvió de lado y se quedó dormido.
* * *
Se despertó a eso de las tres de la madrugada y se levantó para ir al baño.
Mientras orinaba, haciendo guiños a la blanca luz fluorescente del cuarto de baño, de
pronto cayó en la cuenta de qué era lo que no concordaba, y sus ojos se agrandaron.
Era como si dos piezas que debían encajar entre sí hubieran chocado rebotando.
Aquella noche, Jud le había dicho que su perro murió cuando él tenía diez años:
murió de la infección de las heridas que se produjo con un alambre de espino
oxidado. Pero aquel día de finales de verano, en que subieron todos juntos a Pet
Sematary, Jud dijo que su perro había muerto de viejo y que estaba enterrado allí…,
hasta señaló la estela de la que el tiempo había borrado la inscripción.
Louis descargó el depósito, apagó la luz y volvió a la cama. Había otra
discrepancia… y la descubrió enseguida. Jud había nacido con el siglo y aquel día, en
el cementerio, dijo a Louis que su perro murió durante el primer año de la Gran
Guerra. Si se refería al primer año de guerra en Europa, Jud tenía entonces catorce y,
si había querido decir el primer año de guerra para Estados Unidos, diecisiete.
Pero esta noche dijo que tenía diez años cuando murió "Spot".
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