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320 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               mudó allí, y dijo: “Yo no saldré por nadie”. Así que él permaneció allí.
                   Así que yo dije: “¡Oh!, yo no iría allí y nuestro hermano allí. Eso no estaría bien, dos reuniones
               al mismo tiempo”. Así que dije: “Bueno, no iré entonces”. Antes de haber firmado por alguna
               cosa, solo lo dejé pasar. Lo dejé pasar por un rato.
                   Y entonces Miner Arganbright vino y me dijo: “Oye, ¿qué tal ir a México?”. El hermano José
               trató de llevarme a México.
                   Yo dije: “No. Yo no quiero ir a México”.
                   Y algo me dijo: “Ve a México”.
                   Así que dije: “Bueno, arréglenlo”.
                   Ellos dijeron: “Nosotros tenemos un salón allí”. Alguna clase de salón grande. Y la noche
               siguiente fui allá con el hermano Woods, y dije: “¿Sabe usted algo? Eso es justamente así. Niños
               morenos pequeños, harapientos, eso es”. Y el hermano Arganbright estaba supuesto a arreglarlo.
               Ustedes leyeron la visión. [El hermano Branham habla acerca del viaje a México].
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                   (…)  Y yo tuve estas reuniones, pero voy a regresar a México algún día. Y quiero que el
               Señor me envíe de vuelta para poder regresar como lo hice entonces en el Nombre del Señor
               Jesús.


               ¿QUÉ ES UNA VISIÓN?
               8 de abril de 1956 [56-0408A]
               Chicago, Illinois, Estados Unidos
               Rev. William Marrion Branham
                   [Párrs. 101-109 incluidos en Citas, pág. 14, párr. 103]
                   [101]  Entonces sentí que subía más alto, muy alto. Y cuando fui bajado, entonces estaba
               abajo, y parado sobre una Gran Carpa. ¡Nunca había visto una carpa así!
                   102  Parecía como que apenas había yo hecho un llamamiento al altar, allí en el altar; y cuando
               estaba allí abajo, miré, y habían cientos de personas de pie alrededor del altar llorando porque
               habían aceptado al Señor Jesús. Y estaban llorando en voz alta. Yo dije: “Oh así es como debe
               ser”, de esa manera.
                   103  Y un caballero muy amable salió a la plataforma, y dijo: “Mientras que el hermano Branham
               esta descansando por algunos minutos, llamaremos la línea de oración”. Y él dijo: “Todos los que
               tienen la tarjeta de oración empezando con cierto número, pónganse de pie hacia la derecha”.
               Pues yo me fijé en la línea de oración, parecía que iba alrededor de la Carpa, y afuera, y por la
               calle. ¡Qué línea de oración!
                   104  Y vi hacia el otro lado (el cual estaba a mi izquierda; y estaría a mi derecha si estuviera
               parado en la plataforma, sería de ese modo), estaba un pedazo de lona extendido allí; y detrás
               de esa lona estaba un pequeño edificio cuadrado como de doce pies de ancho y veinte pies de
               largo, algo como eso. Pues me quedé de pie y miré eso.
                   105  Y los vi trayendo una señora en una camilla. Y había una señora allí anotando su nombre
               y cosas en un papel. Y alguien vino y la tomó, y la empujó hacia adentro. Y el siguiente hombre
               que vino estaba en muletas. Los vi ir a través de ese pequeño edificio.
                   Y afuera la señora salió gritando en voz alta, empujando esta camilla.
                   Y entonces estaba otra señora al otro lado, parecía una mujer de pelo oscuro, y ella dijo:
               “¿Qué sucedió?”.
                   106  Y ella dijo: “Simplemente no sé. No podría decirle lo que sucedió”. Ella dijo: “He estado
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