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La Visión de La Carpa 321

paralizada por veinte años, y mire, me siento como si nunca hubiera estado enferma”.
Al instante salió el hombre, saltando y brincando con sus muletas en su mano. Y yo miré
eso. Y al instante…
107 Ahora, aquí hay algo. Escuche bien. Hay una diferencia entre el Ángel del Señor y
aquella Luz. Porque escuché algo moviéndose, como lo hace cuando viene aquí a la plataforma
en la noche. Algo como: “Whew”, “Whew”, “Whew”, y como un fuego azotando alrededor,
una llama de fuego. Y Eso me dejó, y se fue y descendió por encima de la audiencia, y vino y
se detuvo sobre el tope de aquel edificio pequeño, y luego se colocó encima de él. Y cuando lo
hizo, este Personaje que estaba de pie a mi lado, detrás de mí, la misma Voz, la Voz del Ángel,
Él dijo: “Yo te encontraré allí. Y esto es el Tercer Halón, pero nadie sabrá nada de ello”.
Y yo dije: “Pues, no entiendo por qué allí. ¿Por qué allí?”.
Él dijo: “No será un espectáculo público esta vez”.
Yo dije: “Yo no entiendo entrando a esa cámara, así”.
108 Él dijo: “¿No está escrito por nuestro Señor: ‘Cuando ores, no seas como los hipócritas,
que quieren ser escuchados por el hombre; sino entra en la cámara secreta, y ora al Padre que
ve en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público’?” Es perfectamente en
la Escritura; así es cada vez.
Yo dije: “Yo entiendo”.
109 Entonces Él me llevó a este lugar y me colocó en este cuarto donde yo estaba, y luego
Él me dijo qué hacer para la tercera vez. Ahora, amigos cristianos, cuando yo deje este mundo,
eso estará en mi seno. Pero usted apunte mis Palabras de lo que acontecerá.

BARTIMEO EL CIEGO
14 de abril de 1956 [56-0414]
Columbia, South Carolina, Estados Unidos
Rev. William Marrion Branham
[Párr. 8 incluido en Citas, pág. 5-A, párr. 50]
[8] Siempre me gusta tener una reunión el domingo por la tarde, para que cada miembro
pueda volver a su propia iglesia el domingo por la noche y tener su servicio. Y esa es la forma
en que pretendo hacerlo también en los servicios de la carpa, como lo haré en el futuro: Tratar
de tener el domingo por la tarde para que cada uno vaya a su propia iglesia.
(…) [67] Usted está sana. Su fe le ha hecho sanar. Es la luz alrededor de la mujer; la oscuridad
ha sido expulsada de las sombras de muerte y se ha convertido en las sombras de la Luz. Y yo
ahora, bendigo esto, mi hermana, en el Nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios. Y Tú has dicho:
“Todo lo que ates en la tierra, yo lo ataré en el cielo”. Y yo ato al enemigo de su vida, en el
Nombre de Jesucristo. Amén.
Ahora, hermana, mire. Deje de preocuparse, siga su camino regocijándose, feliz. Y luego
cuando yo vuelva con la carpa, dentro de un año o en algún momento, venga a la carpa y dé el
testimonio de lo que le sucedió. Dios le bendiga; ahora siga su camino y alégrese, y alabe al
Señor.