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Psicología 5° San Marcos
Cambios físicos
Son muchas las diferencias individuales entre la cronología y el alcance de los cambios durante la edad adulta tardía
o vejez, así como las capacidades de percepción y sensitivas. Las personas de edad avanzada experimentan un
debilitamiento general de la capacidad de respuesta y de procesamiento de información.
Estos cambios les exigen hacer ajustes en muchos aspectos de su vida.
Pérdida de la textura y elasticidad de la piel
Disminución de densidad capilar y encanecimiento del cabello
Disminución de la talla corporal
Disminución de la densidad de los huesos
Pérdida de dientes y problemas de encías
Problemas de la vista
Disminución progresiva de masa muscular y atrofia de los músculos
• Intensificación de las arrugas
• Declinación de las funciones sensoriales y perceptivas
• Propensión a la osteoporosis (en mujeres)
• Pérdida de la adaptación al frío y al calor
• Disminución de la fuerza y rapidez para la realización de actividades físicas
• Endurecimiento y pérdida de elasticidad de las arterias
• Ineficiencia del sistema inmunológico
• Los órganos sensitivos requieren un umbral de excitación más alto
Esta disminución de las funciones orgánicas incrementa la propensión a desarrollar enfermedades. Algunas
enfermedades de la vejez son crónicas y han sido adquiridas alrededor de los treinta años, como la artritis,
diabetes, enfermedades cardiacas, reumatismo, lesiones ortopédicas, alteraciones mentales y nerviosas.
El envejecimiento no es una enfermedad como se suele pensar. La salud de la mayoría de personas de edad
avanzada es favorable, solo un pequeño porcentaje se encuentra en estado de invalidez o postración, el resto tiene
ciertas enfermedades o limitaciones, pero son autónomas. Si se mantiene un estilo de vida sano: una alimentación
apropiada, una rutina de ejercicios y se evita el cigarrillo y el alcohol podrán gozar de una vida activa porque evitarán
desarrollar enfermedades crónicas resistentes, que pueden ser mortales.
La mayoría goza de buena salud mental y conserva sus capacidades cognitivas y psíquicas. Una minoría padece de
enfermedades como la demencia o el deterioro intelectual. Algunas formas de demencia, como las ocasionadas por
sobremedicación y depresión, pueden revertirse mediante tratamiento apropiado; otras, como las producidas por el
Alzheimer o por ataques de apoplejía, son irreversibles.
Personalidad y desarrollo social
Según Erikson, en la vejez la persona pasa por una crisis final de integridad vs. desesperación, que se resuelve con
el predominio de la virtud de la sabiduría. Constituye la culminación de la resolución triunfante de siete crisis
previas. Implica que los progenitores se acepten como personas que dieron lo mejor de sí a lo largo de su vida.
Además implica la aceptación de lo cercano de la propia muerte como fin inevitable de la existencia.
Los ancianos necesitan aceptar sus vidas y su proximidad a la muerte; si no lo hacen se sentirán abrumados por no
comprender el escaso tiempo para nuevos proyectos. Aquellos que han trabajado toda su vida y tienen la
oportunidad de jubilarse, deben aceptar su retiro del campo laboral.
Las relaciones
Las relaciones son muy importantes para los ancianos, la familia es aún la fuente primaria de apoyo emocional.
Con frecuencia, las relaciones entre hermanos se vuelven cada vez más estrechas al final de la vida que a comienzos
de la edad adulta. En particular, las hermanas hacen el esfuerzo por mantener esos lazos. Cuando la expectativa de
vida crece, lo mismo sucede con la potencial longevidad del matrimonio.
Los matrimonios que subsisten hasta el final de la edad adulta tardía tienden a ser relativamente satisfactorios, sin
embargo, las dificultades surgen en los aspectos de personalidad, salud y cambio en los roles, que pueden requerir
ajustes de ambas partes.
Muchas personas permanecen sexualmente activas. Se da mayor importancia a la expresión sexual, al comprobar
que esta no solo sirve para propósitos físicos, sino que también para asegurar a ambos miembros de la pareja el
amor del otro, así como su comprensión y la sensación de que sigue estando vigente su vitalidad, lo que en definitiva
contribuiría a elevar la autoestima de cada miembro de la pareja. De esta manera, los estereotipos populares que
plantean que los años de la vejez son asexuados, son infundados puesto que en la práctica existe un número elevado
de personas adultas, que después de los sesenta y cinco años permanecen interesadas y activas sexualmente. En
definitiva, si bien es cierto que las relaciones sexuales en la tercera edad son diferentes en frecuencia e intensidad,
pues disminuyen como producto de signos biológicos y físicos, la satisfacción y consistencia de la misma se deberá
principalmente a cómo haya sido el comportamiento sexual durante la juventud.
Estrés
El estrés o la capacidad de la persona para afrontar los acontecimientos, puede lastimar la autoestima, y
deteriorar física y mentalmente. La forma de percibir el estrés varía según el género, raza, estado civil, nivel
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