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Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres
Personas adultas mayores
Se considera persona adulta mayor a todo hombre o mujer nicaragüense nacional
o nacionalizado mayor de sesenta años de edad. (Artículo 2, Ley del Adulto
Mayor)3
Los adultos mayores, o personas de la tercera edad, generalmente son las personas mayores
de 60 años.
Los cambios físicos y mentales asociados al envejecimiento pueden requerir que adapte su
forma de comunicarse y que esté al tanto de ciertas posibles condiciones relacionadas con la
edad, tales como la pérdida de la audición.
Para revisar a una persona adulta mayor lesionada o enferma, intente descubrir
el nombre de la persona y usarlo cuando se dirija a ella. Considere usar “Sra.,” “Sr.” o “Srta.”
como señal de respeto. Asegúrese de estar al nivel de los ojos de la persona para que esta
pueda verlo y oírlo con mayor claridad.
Si la persona parece confundida al principio, la confusión puede ser causada por dificultades
de visión o audición. Si normalmente usa anteojos y no puede encontrarlos, intente
encontrarlos.
Hable de forma lenta y clara y mire a la persona a la cara mientras usted habla. Observe si
usa algún audífono. Es probable que alguien que necesita anteojos para ver y un audífono
para oír esté muy ansioso sin ellos.
Si la persona está realmente confundida, intente descubrir si la confusión es causada por la
lesión o por una afección existente. Asegúrese de obtener la mayor cantidad de información
posible de sus familiares o de los espectadores. Es posible que la persona tema caerse; si está
parada, ofrézcale el brazo o la mano. Recuerde que probablemente la persona mayor tenga
que moverse lentamente.
Intente descubrir qué medicamentos está tomando la persona para que se lo pueda
comunicar al personal médico. Busque una tarjeta, brazalete de identificación médica que
indique el nombre, la dirección y la información médica de la persona. Tenga en cuenta que
una persona adulta mayor puede no reconocer las señales de una afección grave.
Una persona adulta mayor es más susceptible a las temperaturas extremas. Es posible que la
persona no pueda sentir las temperaturas extremas porque su cuerpo ya no puede regular la
temperatura de manera eficaz. La temperatura corporal puede cambiar rápidamente a un
nivel peligrosamente alto o bajo.
Una persona de la tercera edad puede enfriarse y sufrir hipotermia simplemente por
sentarse en una corriente de aire o frente a un ventilador o al aire acondicionado.