Page 57 - Libro Medicina 24/7
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¿QUÉ TE MOTIVA A SER MÉDICO?
La primera vez que tuve contacto con la Medicina, o cómo fue que
supe de esta carrera tan hermosa, fue a mi corta edad de 6 años y de la
manera más dolorosa, con la pérdida del hermano de mi padre. El día
que murió mi tío, transcurría normalmente hasta la hora de salida de la
escuela, y como todos los días esperaba a mi padre con su auto celeste
preguntándome:
—¿Cómo te fue hijo? —
Pero nunca llegó. Sí lo hizo mi madre, con lágrimas en los ojos y
pausado caminar que denotaba tristeza.
—¿Dónde esta mi padre? — le dije
—Algo malo pasó hijo, ven vamos a casa—
Llegamos donde mi abuela. La familia en pleno lloraba, exaltados,
hablando unos con otros. A lo lejos escuchaba —¿Por qué Dios mío?
¿Por qué?, Era tan joven—. Transcurrieron las horas, cayó la noche y vi
a mi padre devastado, con una marcada expresión de incomprensión de
la vida y del destino de las personas. De golpe, de su boca salió una frase
que me marcó por mucho tiempo: —Malditos doctores, malditos…—
A partir de ese suceso nada volvió a ser igual. Las reuniones en casa
de la abuela se acabaron, tíos y primos se alejaron, situación que en ese
tiempo no la entendía; sin embargo, con el paso de los años supe a qué se
refería mi padre con aquella sentencia repetida varias veces durante mi
infancia y juventud.
Un día, viajando en el carro le pregunté:
—¿Papá qué te hicieron los doctores?, ¿Qué le paso a tu hermano? —
— Lo mataron— respondió sin pensarlo dos veces y sí, ¡Lo mataron!
Esta es la historia:
Mi tío acudió al hospital debido a un dolor de estómago y lo tuvieron
en observación toda la noche en las frías camillas del lugar. A la mañana
siguiente mi padre fue a visitarlo, pensando en que la situación se habría
resuelto y que lo llevaría a casa a descansar o recuperarse, lo cual nunca
sucedió. Conversaron un momento y mi padre peguntó:
—¿Cómo estás hermano? —
—Nada bien, nada bien, no me he movido de esta camilla en toda la
noche — le respondió.
—Lo vi retorcerse de dolor en la camilla, totalmente demacrado y a
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