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A pesar del silenciamiento de la crítica tenemos conocimiento de que próximamente Luis
Díaz sustentará su tesis de magíster (UNMSM) sobre el libro de cuentos Muñequita linda (2000). Con
este trabajo, el autor busca «demostrar que los personajes ninapayteanos viven de diversas maneras
“ficciones” que les permitan afrontar la dura realidad que les ha tocado» (Luis Díaz).
En la siguiente sección, Artículos, Isaac Huamán Manrique elabora un ensayo sobre un texto
de José María Arguedas: «Arguedas y Rasu Ñiti: la lucha contra la aculturación en los Andes». El texto
revela el interés del escritor para defender su autenticidad étnica e india ante el socavamiento de la
estructura fundamental del pensamiento indio.
Más adelante se incluyen dos visiones de la literatura producida en dos regiones del Perú.
La primera, «Visión de las letras de Cajamarca en el siglo XX», de Daniel Sáenz More, desarrolla un
cuadro amplio de la literatura producida en la zona, en el que el autor destaca la urgencia de
los productores de literatura de la región para emigrar con el propósito de desenvolverse como
escritores. También resalta la presencia de la única mujer que luchó por posicionarse en el espectro
editorial y literario peruano.
Luego, Lilia Figueroa Manyari expone las inclinaciones literarias presentes en la región de
Junín, con «Vertientes en la narrativa del valle del Mantaro». La autora encuentra dos líneas literarias
dominantes en la actualidad.
El trabajo poético de José Watanabe es objeto de análisis por Gerson Ramírez con «La
imagen de la muerte en la poesía de José Watanabe», artículo en el cual rastrea la posición híbrida
de la poesía del autor de Cosas del cuerpo, como consecuencia de sus raíces familiares: andina y
oriental. Orígenes que permiten a Ramírez revelar la posición serena, sin sentimentalismos ni tragedia,
de la producción poética de Watanabe ante la muerte.
Concluimos la sección con la valoración justa de Franz Kafka en las palabras de Paúl Llaque:
«El escarabajo K. (Cien años de La metamorfosis)». El crítico analiza el libro en cuestión y concluye
que es el trabajo mejor elaborado del praguense y, por tanto, lo valora como “el relato perfecto” en
su producción narrativa.
Las siguientes secciones dan paso a la creación. La primera es Poesía, con poemas producidos
por dos extraordinarios docentes y grandes poetas sanmarquinos: Hildebrando Pérez Grande y
Marco Martos, quienes nos entregan composiciones inéditas. También son dignos de destacar las
colaboraciones de Beatriz Delgado Narro, Iván Kohaíla Ruiz, Carlos Ríos, Casimiro Ramírez Tenorio y
Juan Limachi.
La prosa llega con Narrativa. Mario J. Ávila Rubio, con su crónica sobre San Marcos se
introduce en los meandros de su memoria para recordarnos que nuestra Alma Máter es, desde
siempre, nuestro atalaya para vivir y juzgar a la historia del Perú; y que esta condición permanecerá
incólume en nosotros.
La etapa violenta de las décadas finales del siglo XX se desarrolla en los relatos de Mario
García Ysla e Iván Orbegozo. Otros relatos, que exploran visiones particulares de la vida, son los de
Antonio Ureta, Aarón Alva y, desde Arequipa, Alonso David Lázaro Quispe.
Los libros rescatados hasta el momento en que editamos se comentan en Reseñas, sección
en la cual la intención básica es presentar una evaluación de los textos publicados por autores de
prestigio reconocido y de otros que los críticos consideran justo valorarlos.
Finalmente, reconocemos y agradecemos el trabajo excepcional de impresión de Eduardo
Alva y su equipo técnico.

El dirEctor