Page 784 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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22. 15–23. 14 Job 780
15 por el circuito del cielo se pasea. ¿Quieres tú seguir la senda
16 antigua Que pisaron los hombres perversos, Los cuales fueron
cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fue como un río
17 derramado? Decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les
18 había hecho el Omnipotente? Les había colmado de bienes sus
19 casas. Pero sea el consejo de ellos lejos de mí. Verán los justos
20 y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo: Fueron
destruidos nuestros adversarios, Y el fuego consumió lo que de
21 ellos quedó. Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;
22 Y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, Y
23 pon sus palabras en tu corazón. Si te volvieres al Omnipoten-
24 te, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción; Tendrás
25 más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ofir; El
Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata en abundancia.
26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás a
27 Dios tu rostro. Orarás a él, y él te oirá; Y tú pagarás tus vo-
28 tos. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, Y sobre
29 tus caminos resplandecerá luz. Cuando fueren abatidos, dirás
tú: Enaltecimiento habrá; Y Dios salvará al humilde de ojos.
30 El libertará al inocente, Y por la limpieza de tus manos éste
será librado.
23, 2 Respondió Job, y dijo: Hoy también hablaré con amargura;
3 Porque es más grave mi llaga que mi gemido. ¡Quién me diera
4 el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría
mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos.
5 Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me
6 dijera. ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No;
7 antes él me atendería. Allí el justo razonaría con él; Y yo
8 escaparía para siempre de mi juez. He aquí yo iré al oriente,
9 y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré; Si muestra
su poder al norte, yo no lo veré; Al sur se esconderá, y no lo
10 veré. Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como
11 oro. Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino,
12 y no me aparté. Del mandamiento de sus labios nunca me
separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su
14 alma deseó, e hizo. Él, pues, acabará lo que ha determinado