Page 842 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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61. 6–63. 9                 Salmos                         838
            6 dado la heredad de los que temen tu nombre. Días sobre días
              añadirás al rey; Sus años serán como generación y generación.
            7 Estará para siempre delante de Dios; Prepara misericordia y
            8 verdad para que lo conserven. Así cantaré tu nombre para
              siempre, Pagando mis votos cada día.
          62     Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.
              En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salva-
            2 ción. El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no
            3 resbalaré mucho. ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hom-
              bre, Tratando todos vosotros de aplastarle Como pared des-
            4 plomada y como cerca derribada? Solamente consultan para
              arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca ben-
            5 dicen, pero maldicen en su corazón. Selah Alma mía, en Dios
            6 solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. El solamen-
            7 te es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En
              Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuer-
            8 te, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
              Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refu-
            9 gio. Selah Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres,
              mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en
           10 la balanza, Serán menos que nada. No confiéis en la violencia,
              Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas,
           11 no pongáis el corazón en ellas. Una vez habló Dios; Dos veces
           12 he oído esto: Que de Dios es el poder, Y tuya, oh Señor, es la
              misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
          63     Salmo de David, cuando estaba en el desierto de
              Judá.
              Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma
              tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde
            2 no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he
            3 mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la
            4 vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En
            5 tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura
              será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi
            6 boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite
            7 en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro,
            8 Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Está mi alma
            9 apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido. Pero los que para
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