Page 843 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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839                        Salmos                   63. 10–65. 10
          destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de
          la tierra. Los destruirán a filo de espada; Serán porción de 10
          los chacales. Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado 11
          cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan
          mentira será cerrada.
            Al músico principal. Salmo de David.                          64
          Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del
          temor del enemigo. Escóndeme del consejo secreto de los ma- 2
          lignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, Que 3
          afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra
          amarga, Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente 4
          lo asaetean, y no temen. Obstinados en su inicuo designio, 5
          Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?

          Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el ín- 6
          timo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón,
          es profundo. Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán 7
          sus plagas. Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán 8
          todos los que los vean. Entonces temerán todos los hombres, 9
          Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. Se 10
          alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán
          todos los rectos de corazón.
            Al músico principal. Salmo. Cántico de David.                 65
          Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los
          votos. Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. Las ini- 2, 3
          quidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las
          perdonarás. Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a 4
          ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de
          tu casa, De tu santo templo. Con tremendas cosas nos respon- 5
          derás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza
          de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos con-
          fines del mar. Tú, el que afirma los montes con su poder, 6
          Ceñido de valentía; El que sosiega el estruendo de los ma- 7
          res, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones.
          Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus 8
          maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la
          tarde. Visitas la tierra, y la riegas; En gran manera la enri- 9
          queces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano
          de ellos, cuando así la dispones. Haces que se empapen sus 10
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