Page 340 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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Sube el polen los escalones
                  arriesgados del aire
                  con alas músicas, con trinos
                  más libres que de pájaros,
                  como el oro le trina al oro.

                  Y la cabellera te sueltas,
                  rubia y casta, diosa desnuda,
                  que acaricia al caer tu sexo:
                  y un espasmo corre en la espalda
                  bajo las olas locas de oro.

                  Una bandada de palomas,
                  grajas o ciervos, amarillos,
                  he visto en sueños: sus pupilas,
                  que me miraban fijamente,
                  despedían chispas de oro.





                  Sin querer

                  Sin querer,
                  sin encontrar una niebla de olvido
                  que me haga extraviarme en mi presente,
                  que no recuerdo
                  porque la luz es excesiva;

                  sin querer,
                  sin desaprender esa música
                  lejana -y conseguir,
                  en el día brumoso,
                  escuchar al silencio lleno de alas.

                  Sin querer
                  -nunca queréis, no quiero-,
                  vamos impulsados por remos
                  de una leña que no consume
                  el fuego que nos arde.

                  Sin querer,
                  caminamos hacia un final
                  que nos aguarda indiferente
                  -no es cazador- con su sima de olas
                  sin sal y sin espumas.

                  Sin querer,
                  ignoro si es posible
                  recobrar el aquí que ignoro,
                  o, ciego y en silencio,
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