Page 335 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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Me gustaría dedicar  el último  de estos poemas a una persona muy  importante en mi
                  vida,  tanto  en  la  actual,  como  en  lo  que  han  sido  los  últimos  años  de  la  misma.
                  Evidentemente, estoy hablando de Sofía Andrade. Para mí, el poema describe como la
                  paciencia  y  la  observación  cercana  permiten  al  observador  ver  las  cosas  con  una
                  percepción completamente distinta, una percepción que resalta la belleza de las cosas
                  más cotidianas. Yo siento que, a pesar de que no siempre haya sido una experiencia
                  ¨buena¨, nuestra paciencia y constancia permitió que al final experimentáramos lo que
                  solo puedo describir como felicidad. Hasta las acciones más rutinarias se volvían bellas
                  en lo  que fue  el  auge de  nuestra relación. Pero como  toda cosa muy  buena para ser
                  verdad, su extinción fue efímera. Ahora, a pesar de no estar en ese estado de euforia y
                  alegría en el que en algún momento estuve, puedo agradecer y atesorar la memoria de lo
                  vivido,  y  agradecer  que  observe  pacientemente  el  agua  correr  por  musgo  y  guijarros
                  hasta ese instante de armonía total.

                  Si oyes correr el agua

                  Si oyes correr el agua en las acequias,
                  su manso sueño pasar entre penumbras y musgos,
                  con el apagado sonido de algo
                  que tiende a demorarse en la sombra vegetal.
                  Si tienes suerte y preservas ese instante
                  con el temblor de los helechos que no cesa,
                  con el atónito limo que se debate
                  en el cauce inmutable y siempre en viaje.
                  Si tienes la paciencia del guijarro,
                  su voz callada, su gris acento sin aristas,
                  y aguardas hasta que la luz haga su entrada,
                  es bueno que sepas que allí van a llamarte
                  con un nombre nunca antes pronunciado.
                  Toda la ardua armonía del mundo
                  es probable que entonces te sea revelada,
                  pero sólo por esta vez.
                  ¿Sabrás, acaso, descifrarla en el rumor del agua
                  que se evade sin remedio y para siempre?






                                                       VINCULO


                  Finalmente, siento que el escritor Álvaro Mutis y yo, el estudiante Santiago Falla
                  tenemos un gran factor en común, que aunque no sea bonito, es real y palpable. Ambos
                  añoramos y recordamos cada día la vida pasada y las experiencias vividas. Así como
                  Álvaro recuerda su estadía e infancia en Europa a través de sus obras, yo recuerdo a las
                  personas que se han ido en mis acciones y pensamientos. Es una lucha para aceptar una
                  nueva realidad que se lleva a cabo diariamente, pero es expresada y notoria para los más
                  agudos observadores. Asimismo, Álvaro Mutis también fue un hombre recorrido y que
                  vivió en diferentes lugares. De la misma forma, me gusta pensar que soy un ser curioso,
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