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Durante la segunda mitad del S.XIX, exactamente entre los años 1850 y 1880, el

señor Krause (1781-1832) empezó un movimiento intelectual llamado Krausismo

que se inició en España, donde la idea principal era la regeneración de los ideales

políticos y los valores humanos de la sociedad. Los que participaron cultivaron
temas como la ética, el derecho, la sociología y la pedagogía.

Pasado un tiempo en el año 1864, hubo un movimiento que influyó en gran medida

en el ámbito universitario que provocaron una importante oposición por parte de

aquellos profesionales de ambiente tradicional. Esto dio lugar a diversas políticas,

las llamadas cuestiones universitarias, con la separación de cátedras y con ella, de

profesores. En la primera cuestión universitaria, fueron separados de sus cátedras

aquellos que seguían este movimiento. Los krausistas se incorporaron en la

enseñanza privada del Colegio Internacional, fundado por Salmerón.

Más tarde en 1876 se fundó la Institución Libre de Enseñanza por un grupo de

catedráticos, de los cuales fue pionero Francisco Giner de los Ríos. Estos

catedráticos fueron separados de la Universidad por defender la libertad y por el

contrario negarse a los estándares ya establecidos, por los que luchaban. Por tanto,

crearon centros universitarios separados del Estado, de ámbito privado y centrados

en la enseñanza universitaria, pero que más tarde ampliaron hacia la educación

primaria y secundaria

Cuando estaba a punto de finalizar el siglo XIX y empezar el siglo XX, se inició la

escuela nueva, que era una crítica de la Escuela Tradicional. Era una concepción

pedagógica fundada por Dewey, en la que se consideraba al niño como sujeto

activo del aprendizaje, centrándose en sus intereses y en el desarrollo de sus

capacidades. Se pretendía acercar la realidad al alumnado lo máximo posible, para

que éste tuviera experiencias directas y reales, provocando un aprendizaje

significativo.

De esta manera, el profesorado actuaba como observador, animador de la actividad

y promotor de conductas, adaptándose en todo momento a la especificidad de cada

niña o niño.

También en el siglo XIX a causa de las condiciones laborales y las reivindicaciones

de los trabajadores, se formó el estado de Bienestar. Los primeros implicados con

este movimiento fueron los movimientos obreros, el establecimiento del liberalismo y

el nacimiento de los partidos socialdemócratas.

Este movimiento tenía el objetivo de mejorar las condiciones socioeconómicas y la

salud de la población, con ayudas de la vivienda, de juventud, conciliación laboral y
familiar y también con las subvenciones a las actividades económicas.

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