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El sabio Brihadaswa consoló a Yudhisthira y le dijo que sus malos tiempos pasarían
pronto y le contó la historia de Nala, el rey de Nishada, que también había perdido su
reino en un juego de dados.
Le contó los muchos sufrimientos de Nala y cómo volvió a conseguir su reino: « Nala
volvió a recuperar su reino por un juego de dados », dijo el sabio. Fue sorprendente para
Yudhisthira oír algo así, Brihadaswa le contó cómo Nala pudo recuperar su reino en
aquel juego.
Nala había aprendido el arte del juego de dados, este arte se llamaba Akshahridaya y
el sabio le prometió a Yudhisthira que se lo enseñaría y le aseguró que nadie le vencería.
Yudhisthira se sentía emocionado y deseoso de aprenderlo, y cuando llegó a dominarlo
se olvidó de sus pesares. Entonces Brihadaswa les dejó y se marchó.
Narada se encontró con Yudhisthira y le dijo que debería ir a un Tirthayatra. Yudhis-
thira consultó a su guru Dhaumya al cual también le pareció bien la idea y le informó
sobre los diferentes tirthas que había en los cuatro puntos cardinales, aconsejándole que
deberían partir lo antes posible.
Mientras hacían los arreglos, llegó Lomasa al bosque Kamyaka, se dirigió a Yudhis-
thira y le contó su visita a la morada de Indra. Le contó su conversación con Indra y le
transmitió su mensaje: « Yudhisthira, tu hermano Arjuna está conmigo, y le mantendré
conmigo con tu permiso, pues necesito su ayuda. Después de que haya realizado mi
trabajo, te lo mandaré de regreso. » Lomasa le aconsejó también que debería iniciar el
tirthayatra y se ofreció a acompañarles a todos los lugares sagrados ya que él los conocía
bien.
Yudhisthira se sentía muy feliz de oírle hablar de los logros de Arjuna. Pasaron tres
noches más en Kamyaka y el cuarto día salieron de peregrinaje hacia todos los lugares
sagrados de Bharatavarsha.
El primer lugar que visitaron fue el bosque sagrado llamado Naimisha, donde fluye
el río Gomati y en cuyas aguas sagradas se bañaron.
Su siguiente parada fue Prayaga, el lugar santo donde las aguas amarillas del Ganges
se unen con las azuladas del Yamuna.
El río Saraswati se pierde en este lugar, uniéndose a los dos anteriores: Ganges y
Yamuna. El lugar se llama Triveni Sangama y tiene una vista muy hermosa. Luego
visitaron el gran Mahanadi, que es considerado como un lugar muy santo y allí se
encontraron con el sabio Agastya, pasando los cuatro meses de lluvia en aquel lugar.
Lomasa les narró la grandeza de Agastya, y los pandavas pasaron allí momentos felices.
Desde allí se dirigieron hacia las orillas de los ríos Nanda y Paramananda y luego hacia
la montaña Hemakuta. Cada lugar del viaje tenía su propia historia y Lomasa era un
buen narrador, por lo que el tiempo transcurría agradablemente para todos.