Page 247 - Mahabharata
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3. En el bosque                                                                          227


               durante tantos años, para disfrutar de su reino. Krishna, creo que estaría muy bien ir
               a su encuentro y darles una lección. Mirando a estos mellizos, Shadeva y Nakula, mi

               sangre hierve de furia. ¡Mira a Bhima! Piensa en su poder y mira qué vestido lleva,
               así sólo visten los peregrinos y los mendigos. Es una vergüenza. La última vez que vi
               a Yudhisthira estaba rodeado por todos los reyes de la tierra. Ahora está rodeado de
               sanyasins. Me siento muy infeliz al ver la condición de los pandavas. ¿Cómo es que la
               tierra no se parte en dos habiendo tanta injusticia sobre su faz? Krishna, Satyaki, venid.
               Vayamos y luchemos contra los kurus y devolvamos su reino a los pandavas.
                   Satyaki dijo:
                   —Mi señor, todavía no es el momento adecuado. El mismo Yudhisthira piensa que
               deben transcurrir los trece años antes de que empiece la guerra. Todos conocemos a
               Duryodhana demasiado bien para imaginar que devolverá su reino a los pandavas. La
               guerra será inevitable. Va a ser una guerra terrible. Todos lucharemos. ¿Quién podrá
               resistir la combinación de los Vrishnis y los pandavas? Esperemos hasta que Yudhisthira
               nos dé permiso.

                   Krishna dijo:
                   —Hermano, Satyaki tiene razón. Yudhisthira aconseja paciencia, no porque no sea
               suficientemente poderoso para luchar, sino porque quiere mantener su palabra. La
               Verdad es mucho más grande para él que todas las riquezas del mundo. Respetemos
               sus deseos. No está lejos el día en el que disfrutaremos de la guerra como consuelo de
               nuestros corazones.
                   Yudhisthira se sentía muy feliz al ver que. había algunos que comprendían sus
               sentimientos.

                   Sólo había estado escuchando a Bhima y a Draupadi desde que llegaron al bosque,
               hacía ya mucho tiempo, y le habían herido tanto y tan frecuentemente con sus reproches
               que esta charla cariñosa de Satyaki, apoyada por Krishna, le hizo saltar las lágrimas.
               Luego dijo:
                   —Mi señor, la ira de Balarama ya ha comenzado a destruir a los kurus. Sólo se
               necesita el toque de Krishna y Satyaki para acabar la conflagración. No le tengo miedo al
               futuro, sé que Bhima y Draupadi estarán contentos al ver la destrucción de los kurus. Os
               agradezco a todos el cariño que nos tenéis.
                   Después de su visita a Prabhasa, los pandavas continuaron su viaje. Se dirigieron
               hacia el norte y alcanzaron las orillas del río Saraswati.

                   Era un lugar sagrado para el rey Sibi, porque allí ocurrió el incidente del halcón y la
               paloma.
                   Ahora veían el río Ganges y llegaron a la montaña Mainaka, que era una de las
               montañas más sagradas. Su siguiente parada fue Kailasa, donde vieron el Bindusaras, la
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