Page 261 - Arquitectos del engaño
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Pidiendo  ser  un  privilegiado,  como  hoy  en  día  lo  son  los  masones,  demuestran  que  realmente  no
        están para nada interesados en la igualdad. El filósofo Giordano Bruno mostró ya a finales del siglo XVI,
        que una sociedad basada en la igualdad era imposible.
               Nunca podríamos ni quisiéramos exponer sus desvergonzadas mentiras y su conspiración. Muchos
        no-masones niegan este complot obvio y defienden a estos criminales. Así pues los "idiotas útiles" también
        son responsables de la situación en la que todos nos encontramos. Estos individuos incompetentes perciben
        las sombras distorsionadas como el mundo real, como los presos de la cueva de "La República" de Platón.
               Cualquiera,  que  ante  todos  los  hechos  disponibles  se  niegue  a  ver  la  francmasonería  como  una
        organización conspiradora, demuestra una total indiferencia ante la historia criminal del movimiento y del
        mundo. Cuando nuestros llamados expertos hacen declaraciones erróneas sobre temas importantes, hay dos
        alternativas  -  o  están  mintiendo  o  simplemente  son  ignorantes.  Ambas  alternativas  son  igualmente
        aterradoras.
               Como los líderes masónicos no funcionan de acuerdo con las leyes de la naturaleza, sus actividades
        no  mejoran  nuestra  calidad  de  vida,  más  bien  al  contrario.  Los  líderes  masónicos  tienen  las  manos
        manchadas de sangre y de sus labios sólo salen mentiras. Dan la impresión de ser personas confundidas y
        desequilibradas, gravemente enfermas espiritualmente. Sus características psicopáticas, su paranoia social y
        la creencia infundada de ser los elegidos han provocado un sufrimiento terrible a toda la humanidad. ¿No es
        hora de acabar con esta locura?
               Sólo los que son espiritualmente y moralmente retardados o totalmente degenerados, roban, matan y
        atracan  a  sus  compañeros  humanos.  Cuando  estos  individuos  subdesarrollados  o  enfermos  mentales
        pretenden construir "un mundo mejor" para los no-masones, tenemos problemas graves. Ya es hora de que
        comencemos a ofrecer alguna resistencia contra el poder tiránico de los criminales y endurecidos masones
        sin escrúpulos. Con la ayuda de la verdad, seremos capaces de desarmar el poder de la masonería. Por lo
        tanto, es nuestro deber exponer a fondo su fraude. El Papa Bonifacio VIII (1.294-1.303) señaló: "Aquellos
        que guardan silencio parecen estar de acuerdo". Quien no interviene para detener el crimen es legalmente
        también responsable del delito.
               Cuando seamos suficientemente fuertes, tanto espiritual como moralmente, para ser capaces de crear
        de forma independiente un orden social estricto y leyes más justas y sensatas, el poder de la masonería se
        derrumbará.
               En el mundo actual, el budismo aún representa el verdadero bien y la masonería el mal camuflado.
        La  masonería  nunca  habría  tenido  éxito  en  su  batalla  contra  la  humanidad,  si  no  hubiera  ocultado  su
        naturaleza malvada tras una máscara de bondad. Todo pensamiento budista es ofensivo para los masones.
        Sólo ellos y sus secuaces, los comunistas y los socialistas de diversa índole, han luchado contra el budismo
        (por  ejemplo  en  la  Unión  Soviética,  Mongolia  y  el  Tíbet).  En  general,  las  personas  espiritualmente
        desarrolladas nunca han puesto ninguna objeción en contra de esta filosofía de la bondad. La francmasonería
        es lo contrario de la espiritualidad.
               Paso a paso, los masones han bajado nuestros valores morales. Tienen una apariencia angelical, a
        pesar de sus esfuerzos para ocultar los cascos.
               Los  actos  malvados  de  los  masones  son  permitidos  por  las  leyes  del  karma.  Si  no  hubiéramos
        merecido los crímenes de estos "nobles" señores, nunca los habríamos sufrido, según los filósofos budistas.
               El karma es una ley natural, que regula todos los actos. Esto asegura que las energías liberadas por
        ciertas acciones, tarde o temprano retornen a sus orígenes. Cuanto mayor es la acción, más tiempo tarda en
        producirse la respuesta. La única excepción es cuando una persona comienza a reparar sus malas acciones.
        Todas las malas acciones rebotan, devolviéndonos exactamente el mismo sufrimiento que el de la víctima.
        Esto lo ilustra el budista "Dhammapada":
                      Una mala acción, cuando se hace, no sale - como cuando se ordeña la leche -
                      inmediatamente .
                      Esto persigue el necio, quemando como un fuego
                      oculto en las cenizas.
                      Para su propia ruina el tonto adquiere conocimientos,
                      por eso se rompe la cabeza y destruye su bondad innata.
               También hay karma colectivo, que afecta a grupos más grandes tales como organizaciones, logias,
        movimientos, naciones o todo el mundo. Los masones pueden estar seguros de que - aunque los hermanos
        inferiores,  ignorantes  pueden  ser  inocentes  del  mal  -  todos  los  francmasones  se  verán  afectados  por  las
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