Page 58 - Arquitectos del engaño
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caso de los templos masónicos de Ámsterdam y de Estocolmo. Por arte de magia, estas logias son el centro
de la acción y por lo tanto están óptimamente situadas para influir en el mundo que las rodea, como una
araña en el centro de su red. El hecho de que los masones de alto rango nieguen el uso de la magia no es,
pues, otra cosa que una insolente hipocresía.
(El siniestro escorpión bajo el obelisco de la ciudad de Nueva York.)
El 12 de diciembre de 2.000, se llevó a cabo un experimento en el obelisco de Estocolmo. Se utilizó
una varilla de zahorí para determinar que el aura humana se veía afectada muy negativamente en el radio
inmediato del obelisco reduciéndose hasta casi desaparecer. Al mismo tiempo se determinó que el obelisco
estaba erigido en una poderosa línea de energía, que continuaba directamente hacia el Palacio de Baatska, la
sede de los masones suecos. Otros experimentos concluyeron que las dos líneas de energía, que por cierto se
cruzaban en la puerta de la logia, causaban que el aura humana quedara reducida a una fracción de su radio
original. Estar dentro de una logia masónica no puede ser bueno para la salud. Los rituales masónicos hacen
que las líneas de energía de las logias y los obeliscos acumulen una frecuencia muy negativa. El caso es todo
lo contrario con las iglesias.
Hoy en día hay obeliscos egipcios genuinos en Londres, Kingston Lacy, Dorset, Durham (Inglaterra),
Estambul, París, Florencia, Roma, Nueva York, El Cairo, Heliopolis, Luxor, Fayum y Karnak. Los últimos
cinco lugares están en Egipto. Hay 13 obeliscos egipcios en Roma, entre ellos uno en el Vaticano.
Hoy en día los obeliscos están asociados con sacrificios. Los masones erigieron un obelisco que
consta de 14 piezas con la antorcha de los Illuminati (o llama de Lucifer) en lo alto, en la plaza Dealy en
Dallas, cerca del lugar donde fue asesinado a tiros el Presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1.963 (bajo
el signo de Escorpión). El obelisco está situado en el paralelo 33, justo frente al Palacio de Justicia del
Condado y la logia masónica de la ciudad (Artículo de James Shelby Downard, "El simbolismo masónico en
el asesinato de John F. Kennedy").
El 4 de junio de 1.963, el Presidente John F. Kennedy firmó la orden ejecutiva núm. 11.110 que
devolvía al gobierno el poder de emitir moneda, sin pasar por la Reserva Federal. La orden de Kennedy daba
al Departamento del Tesoro el poder "de emitir certificados de plata contra cualquier lingote de plata, plata o
dólares de plata estándares de la Tesorería". Por cada onza de plata de la cámara del Departamento de
Tesorería, el gobierno podía poner nuevo dinero en circulación. Kennedy puso en circulación casi 4,3 mil
millones de dólares en billetes nuevos. Las ramificaciones de este proyecto de ley eran enormes.
De un plumazo, Kennedy iba camino de provocar la quiebra del Banco de la Reserva Federal de
Nueva York. Si muchos de estos certificados de plata entraban en circulación, se habría eliminado la
demanda de billetes masónicos de la Reserva Federal. Esto era debido a que los certificados de plata estaban
respaldados por plata y los billetes de la Reserva Federal no estaban respaldados por nada.