Page 59 - Arquitectos del engaño
P. 59
La orden ejecutiva 11.110 podría haber impedido que la deuda nacional alcanzara el nivel actual,
porque se podía haber dado al gobierno la capacidad de devolver su deuda sin tener que ir a la Reserva
Federal y que se le cobraran intereses por crear nuevo dinero.
Desmantelar el sistema de la Reserva Federal y emitir dinero sin interés era un crimen contra las
intenciones de la élite financiera masónica.
Cinco meses después de que fuera asesinado F. John Kennedy, no se emitió ningún certificado de
plata más. La orden ejecutiva no fue derogada nunca por ningún presidente norteamericano y todavía es
válida. Se han acumulado casi 6 billones de dólares en deuda desde 1.963 ("El presidente Kennedy: la
Reserva Federal y la Orden ejecutiva", The Final Call, vol. 15, nº 6, 17 de enero de 1.996, Estados Unidos).
El presidente Kennedy quería hacer regresar a casa los asesores militares de Vietnam, cancelar el
"conflicto" sin sentido con la Unión Soviética y evitar que Israel produjera armas nucleares, convirtiéndose
así en enemigo del francmasón David Ben-Gurion, primer ministro de Israel (Michael Collins Piper, "El
juicio final: El eslabón perdido en la conspiración del asesinato de JFK", Washington, 1.998).
En su carta a Ben-Gurion, Kennedy deja claro que bajo ninguna circunstancia aceptará que Israel se
convierta en un estado nuclear. El historiador israelí Avner Cohen confirma en su libro "Israel y la Bomba"
(1.999) que el conflicto entre Israel y John F. Kennedy fue muy potente. El historiador estadounidense
Stephen Green declaró: "Durante los primeros años de la administración Johnson cuando en Washington se
hacía referencia al programa de armas nucleares israelíes se le llamaba "el tema delicado"."
Cuando el fiscal de distrito de Nueva Orleans Jim Garrison procesó al ejecutivo de comercio Clay
Shaw por conspiración en el asesinato, Garrison había tropezado con el enlace del Mossad.
Estados Unidos perdía dos millones de dólares cada mes esforzándose en mantener la criminal guerra
de Vietnam. Kennedy fue sustituido por el masón de alto rango Lyndon Baines Johnson, que hizo todo lo
que pudo para ocultar la verdad detrás del asesinato. De ninguna manera el tirador no cualificado Lee
Harvey Oswald podía haber conseguido disparar tres tiros, incluyendo dos dianas, en 5.6 segundos desde su
supuesto escondite situado en la sexta planta del depósito de libros de Elm Street en Dallas. El fiscal de
distrito Jim Garrison de Nueva Orleans creía que, como mínimo, habían participado tres francotiradores en
el tiroteo. El periodista de investigación estadounidense Michael Collins Piper intenta mostrar en su libro "El
Juicio Final" que el servicio secreto israelí, el Mossad, participó en el asesinato del Presidente Kennedy.
El fotógrafo de autopsias asistente Floyd Riebe, el técnico de rayos X Jerrol Custer y otro técnico,
todos ellos a sueldo de la Marina de los EE.UU. y presentes en el Hospital Naval de Bethesda, cuando el
cuerpo de John F. Kennedy fue llevado allí tras el asesinato, revelaron en una conferencia de prensa en
Nueva York el 28 de mayo de 1.992, que las fotografías y los rayos X de la autopsia del presidente habían
sido falsificadas. En las imágenes genuinas quedaba claro que Kennedy fue golpeado por más de dos balas y
que como mínimo una fue disparada desde delante suyo. Jerrol Custer declaró: "Las fotografías fueron