Page 45 - Manual ofimática nivel I
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Llamar a las personas por el nombre con que ellas mismas se han presentado.
No introducir por su cuenta diminutivos ni apodos coloquiales. No llame
Pedrito a Pedro, ni Pepa a Josefa.
¿cómo escucho?
Cabe preguntarse, en términos generales, hasta qué punto escuchamos mal. La
investigación demuestra que:
Sólo usamos aproximadamente un cuarto de nuestra capacidad de escucha.
Sólo usamos un décimo de nuestro potencial de memoria.
En el término de ocho horas nos olvidamos de la mitad de lo que hemos oído.
Finalmente, olvidamos el noventa y cinco por ciento de lo que hemos oído, a
menos que algo nos lo recuerde después.
Lo poco que recordamos, lo deformamos.
Cuando alguien se encuentra con usted por primera vez, ¿con qué tipo de
oyente, además, se encuentra? La pregunta es decisiva cuando de dar una buena
impresión se trata, porque si usted no sabe escuchar, no importa lo bien vestido que
esté, ni lo dulce que sea su voz ni cuánta fuerza tenga su lenguaje.
Al no saber escuchar puede comunicar falta de interés, aburrimiento,
indiferencia e incluso hostilidad. Saber escuchar bien es algo que atrae a la gente y la
hace sentir que se la valora y se la entiende.
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