Page 132 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


                                      el aire, aliento que con su fluir proporciona vitalidad y cuando abandona el
                                      cuerpo este muere; el aire delimita el tiempo de existencia corporal para cada
                                      persona,  lapso  predeterminado  desde  el  nacimiento.  El  aire  como  esencia
                                      espiritual que entra y sale, transmite sus características a los cuerpos en que

                                      circula, “ese espíritu donde se siembre es la misma cosa, es un aire que entra y
                                      sale, donde ese espíritu se encarna vuelve a ser una  persona  mala, si  tenía
                                      plata nace con pla- ta, si es un loco nace loco, esto se llama oficio de la tierra,
                                      para  que  pudiéramos  pensar  malos  y  buenos  y  reparar  un  error  que  pueda

                                      llegar  más  tarde”.  Para  los  afrodescendientes  de  Palen-  que  San  Basilio  el
                                      primer aliento o llanto marca el inicio de la presencia corpórea, siendo una
                                      energía que impregna la materia moldeándola a su semejanza, es responsable
                                      de las similitudes entre las personas “que encarnan” un mismo aire. En esta
                                      población afrodescendiente se piensa que el espíritu es el que da vida, el que

                                      puede abandonar el cuerpo en los sueños y la muerte; tras fallecer se dice el
                                      espíritu queda vagando entre los vivos, pudiendo causar enfermedades o ser
                                      contactados por los kankamanes para la curación de diferentes males.



                                      Energía, deficiencia y exceso


                                         En el pensamiento upichía (matapí), el cuerpo es recorrido por energía,
                                      movimiento que sostiene la vida y de cuyo ordenamiento depende la correcta
                                      circulación de la sangre y el ade- cuado funcionamiento de los diferentes

                                      órganos; si por ejemplo la sangre pierde energía, se debilita. Las energías que
                                      discurren por el ser humano son la energía de la noche y la del día; como
                                      también la energía del sol, de la selva o de la naturaleza, de la tierra, del agua
                                      y de las atmosferas o espacio. La energía del espacio ingresa por la coronilla,

                                      por la planta de los pies entra la energía de la tierra; la energía del día penetra
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