Page 37 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


                                         Para  los  kogi  de  la  Sierra  Nevada  de  Santa  Marta  el  universo  está
                                      conformado por nueve mundos escalonados, que se relacionan con los nueve
                                      meses  de  gestación;  arriba  de  este  mundo  se  encuentran  cuatro  capas
                                      atribuidas  al  sol  y  consideradas  “tierras  buenas”,  mientras  que  las  cuatro

                                      capas de abajo se piensa son “tierras malas”; cada una de las nueve tierras
                                      tiene  madre,  sol,  luna,  estrellas  y  habitantes  gigantes  en  el  supramundo  y
                                      enanos en el subsuelo (Reichel- Dolmatoff 1996). Entre los u´wa se considera
                                      que  en  tiempos  originarios  existían  dos  mundos  de  cuya  unión  surge  esta

                                      atmósfera, el mundo de arriba, asociado a los colores blanco y amarillo, a la luz,
                                      al pensamiento, a lo alto, lo seco, las cimas de las montañas, a lo masculino y
                                      al viento frío; mientras que el mundo de abajo se relaciona con el rojo y el
                                      azul, con la oscuridad, el vacío, lo húmedo, lo femenino, la sangre y el fuego
                                      (Osborn  1995).  Según  esta  autora,  para  los  u´wa  por  cada  color  existe  una

                                      “casa”, esfera o mundo, siendo estos  atravesados en diferentes direcciones
                                      por el sol, la luna y las constelaciones; al mundo rojo corresponden las tierras
                                      bajas,  las  llanuras,  el  mar,  el  solsticio  de  verano,  deidades  como  kaba  u
                                      oscuridad y yaya o “hambre- vacío”; al mundo azul se asocian las laderas de

                                      las montañas, el equinoccio de septiembre y thithira o deidad del alucinógeno
                                      aya;  con  el  mundo  amarillo  se  relacionan  las  cuchillas  de  tierras  altas,  la
                                      frescura, las lagunas, el equinoccio de marzo y raiya o deidad femenina de la
                                      riqueza; y al mundo blanco se adjudica la nieve, el solsticio de invierno, thira o

                                      deidad de la  luz y la inmortalidad. Para este grupo indígena cada esfera de
                                      color es transitada por deidades, siendo el mundo de arriba trasegado por las
                                      rutas  de  seres  solares  y  las  estrellas,  mientras  que  el  mundo  de  abajo  es
                                      surcado por rutas acuáticas y ríos; en estos caminos, provenientes todos de

                                      las lagunas, existen kerata o puertas por donde ingresan energías benéficas y
                                      maléficas a este mundo, accesos que deben ser abiertos o cerrados por el bita
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