Page 63 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


             (Reichel-Dolmatoff 1996). Para los u´wa, una cueva ubicada en la Sierra
            Nevada del Cocuy   es considerada un lugar de paso a otros mundos y
            regiones; las formaciones rocosas de estas cumbres son conocidas como
            rikuma o “más allá del límite”, siendo zonas reconocidas por ser inhóspitas,

            por carecer de alimentos, y por tanto, de aves y otros animales (Osborn 1995).
            En   el centro del Cauca existe un cerro llamado Broncaso, el que según Faust
            (2004) es un cerro “bravo”, pues a sus visitantes, principalmente en semana
            santa, los ahuyenta con serpientes venenosas, plantas que desencadenan

            alergia y además, con rugidos seguidos de temblores de tierra; se piensa que
            este sitio es habitado por indígenas que desde épocas precolombinas se
            ocultaron allí y protegen el lugar, por ser sus rocas y laguna una fuente
            constante de agua, se relaciona en la cosmovisión campesina con el
            inframundo, es también el hábitat de plantas me- dicinales igualmente

            “bravas” o remedios reconocidos por su alta efectividad. Según este autor, las
            zonas paramunas de la Sierra Nevada del Cocuy se reconocen localmente por
            su “bravura”, ya que envían neblina, granizo y nieve a quienes no conocen el
            lugar y no guardan silencio, extraviándoles y ocasionando la muerte; entre los

            indígenas de la región se relacionan los picos del Cocuy con el inframundo, por
            pertenecer a lo salvaje y por ser fuente constante de agua y hielo. Al sur del
            Tolima se considera que los picos nevados y algunos cerros se comunican con
            el inframundo, con el mar subterráneo, ya que son productores constantes de

            agua, y son ade- más “protectores del pescado”; se piensa son vigilados por un
            ser de cabellos largos y negros que tiene una macana de oro y se relaciona con
            el trueno (Faust 2004). Los desana del Vaupés piensan que las formaciones
            rocosas ubicadas en partes altas de la selva, son hábitat del dueño de los

            animales, ser sobrenatural con quien el médico tradicional debe comunicarse
            para soli- citar presas para la alimentación de las personas; estos lugares,
            también conocidos como “casa de los cerros”, concebidos como úteros en los
            que se reproduce la vida de variadas especies animales (Reichel-Dolmatoff

            1997).
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