Page 65 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


                                      ké o jergonas y awá o panguanas. En jarepelaje habitan dueños acuáticos de
                                      ríos y quebradas como piyutena o dueño de las boas de tierra, además de
                                      jarechina o dueños de sitios terrestres, kuañana o dueños naturales y chuwina
                                      o duendes. Estos seres tienen “armas” que comunican a los seres humanos,

                                      con enfermedades, los desequilibrios ecológicos que están causando; entre
                                      éstas “armas” se encuentran mahí yala o serpiente verrugosa, uripichila o
                                      cuatronarices, ula ké o jergonas, jeintana o arañas, manena o congas, majaji o
                                      majiña, lecareji o chontas, japikeji o cuarzos, puichaua o piedras y marajori

                                      que es una “piedra encendedora” que al pisarse produ- ce nacidos. Otras
                                      “armas” que utilizan estos seres para concientizar a los humanos de abusos
                                      sobre la naturaleza son palmas que tienen espinas, como ziña o cananguchillo
                                      y kuwa o palmo de Mirití. Jarepelaje es poco frecuentado e intervenido por los
                                      upichía (matapí), ya que se res- tringe la recolección de frutos, la cacería y la

                                      tala de árboles, se evita la contaminación del aire por quemas, así como gritar
                                      o hacer ruido; la mayoría de las plantas medicinales que allí crecen son solo
                                      usadas por el lawichu´ra´aru o médico ancestral. Los upichía (matapí)
                                      acostumbran realizar algunas prácticas para protegerse de posibles

                                      enfermedades contraídas en jarepelaje, entre estas la aplicación de pintura
                                      vegetal lana durante la luna llena, la protección general de toda la tribu y el
                                      manejo del territorio mediante su conjuración con mapachara o cera de
                                      abejas por el lawichu´ra´aru. Tanto niños pequeños, como mujeres durante la

                                      menstruación, gestación o posparto y personas enfermas, evitan visitar
                                      jarepelaje por tener mayor riesgo de enfermar; se considera que además de
                                      los problemas de salud, enviados como respuesta de los dueños sobre-
                                      naturales y naturales que habitan este lugar, hay algunos padecimientos que

                                      se pueden adquirir por la alta temperatura que allí se percibe y por tratarse
                                      además, de “los lugares más antiguos de evolución del mundo”. Las
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