Page 43 - REVISTA OPRALOTECA 10
P. 43

Grupo de investigación Oralidades, Narrativas Audiovisuales y Cultura Popular  en el Caribe Colombiano




                                                 Y ver el sinsonte, el

                                                 turpial, cantando a

                                                 las cuatro y media


            en esa época, del 91 al 96, 97; y de     de la mañana,              a este pueblo con lo que teníamos
            pronto irnos para la sequía a cargar                                puesto y encontrar la zozobra aquí,
            agua, a las tres y media o cuatro de    para nosotros               el paramilitar pasaban en las motos
            la mañana,  ese era el proyecto de                                  y camionetas, de noche nos levantá-
            vida de nuestras familias, la alegría   era la alegría, y           bamos corriendo, yo me volé varias
            de nuestros hijos. Eso era muy im-                                  veces para allá para Corelca con mi
            portante  para  nosotros como  seres   el guapurreo de              madre, mi peladito.
            humanos.  Comenzamos  con  una
            alianza con Incora. Nos iban a in-   nosotros llamando              El 18 de mayo llegaron los parami-
            vitar a cursos, seminarios, llevaban    los chivos y los            litares al corregimiento de Los Bra-
            plantas,  presentaban  videos,  y  era                              siles ¿Y mi comunidad que se hizo?
            una realidad tan hermosa, que uno      puercos era una              Allá en ese corregimiento los cogie-
            nunca llegó a pensar el cambio que                                  ron las balas asesinas. Por acá por
            tuvo esta historia a la historia tan     alegría, y ese             esta trocha botaron a cuatro. Llegar
            amarga que vivimos nosotros.                                        a ese corregimiento y ver el llanto,
                                                                                el dolor, hacer un entierro de cuatro
            Un 23 de abril, a las cinco y media     era el estímulo             personas en la mañana y de pronto
            de la mañana, empezaron a recoger       de nosotros en              irnos para San Diego a acompañar a
            nuestra  gente.  Nosotros  corriendo                                los otros cuatro es triste y doloroso.
            sin saber qué era lo que pasaba. Se     esa época, del              Y  el  Estado  no  estar  presente  con
            acabó la alegría de las 80 familias.                                nosotros  en  esos  momentos  difíci-
            La  alegría  se  convirtió  en  llanto.   91 al 96, 97; y de        les y de venir desde San Diego para
            Aquí llegamos a las cuatro de la ma-                                acá  con  un  nudo  en  la  garganta  y
            ñana abajo de un aguacero, dejando    pronto irnos para             no había sueños, ni tranquilidad, ni
            todo. Allá quedaron todo el sudor,                                  nada. Yendo a Incoder y las oficinas
            la fuerza de una comunidad, la ale-   la sequía a cargar            del Incora que las pasaron para acá,
            gría quedó allá, donde quedaron dos                                 para Codazzi, y de pronto se termi-
            muertos. Era triste. No encontramos    agua, a las tres             nó ese 97, bajo el llanto y el dolor.
            respuesta.  Solo  llorar,  y  de  pronto
            preguntar: ¿dónde estará Arístides?,   y media o cuatro             En el 98 el Incora iba a medir las
            ¿Bigotes?,  ¿dónde  estará  Juancho                                 tierras sin avisarle a la comunidad,
            Huevos?, ¿don Chinche? Y decían:      de la mañana, ese             y nosotros porque un funcionario de
            “No,  es  que  mataron  fue  a  Darío   era el proyecto de          allá aviso: “fueron a medir y ahí si
            Parada”, nada más era el llanto. La                                 hubo  plata”.  Un  grupo  de  parami-
            gente  corriendo  sin  saber  a  dónde   vida de nuestras           litares allá midiendo sin saber qué
            estaba  ese  tejido  social  y  viendo                              era,  y yo peleando  esos derechos,
            que ese amanecer aquí en Codazzi     familias, la alegría           preguntando  por  qué  no  avisaron,
            no era el que queríamos. Esos entie-                                y a muchos nos tocó pagar 100.000
            rros no tuvieron los abrazos de una   de nuestros hijos.            pesos para tener ese derecho, pagar
            comunidad, era terrible. Venir aquí                                 por la sangre que se había derrama-




                                                                                               43
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48