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Grupo de investigación Oralidades, Narrativas Audiovisuales y Cultura Popular en el Caribe Colombiano
Durante 2016 tuve la oportunidad de participar en un proyecto que buscaba acercarnos a
las formas de vida campesina en los departamentos del Magdalena, Cesar y La Guajira. Fue
en este ejercicio que tuve la oportunidad de conocer la comunidad de El Toco, ubicada sobre
la margen izquierda del río Cesar, en el municipio de San Diego, Cesar. Durante las visitas
realizadas conocí al señor Miguel Ricardo, quien es el representante legal de la Asociación
Comunitaria de Parceleros de El Toco, que fue creada como un ejercicio para el reclamo de
sus derechos sobre el territorio y a la reparación por los daños causados durante la época del
conflicto armado en la región. Mientras nos tomamos el acostumbrado café en el quiosco de su
patio, resumió la historia de El Toco de la siguiente manera:
Bueno, la vereda de El Toco queda una tierra muy buena para el campe- daba a un señor de apellido Ovalle.
en el municipio de San Diego, cerca sino, porque era para la ganadería, Cultivaban algodón en la parte cen-
del corregimiento de Los Brasiles, la agricultura, y nos tomamos esta tral, y nosotros estábamos en la vía
una vereda que estaba en un aban- tierra. de la montaña, donde está el río Los
dono total. Antes era un territorio Encantos, que le dicen “La Sequía
con montañas, rastrojo, y nosotros Las personas que estaban vecinas del Cobo”, que ella cae al río Cesar.
estábamos en un proyecto de tener de estas tierras, en el verano, la Bueno, comenzamos a trabajar en
tierra. Nosotros, como usuarios utilizaban como playón; metían el comunidad con hacha y machete, y
campesinos, nos organizamos en el ganado. Al ver todos estos colonos había un solo ranchón así como este,
municipio de Codazzi, y viendo ese trabajando en estas tierras, comen- que lo llamábamos landilla. Y allí
territorio, hicimos primero, antes de zaron a llamar al señor Alfonso vivíamos todos, ya comenzamos, ya
entrar, un estudio para bregar que el Murgas, y él nos echó la ley. Caye- había frutos, porque comenzamos a
Incora, cuando eso, tuviera la opor- ron unos presos. Volvió y los soltó. coger maíz, había maíz, cosecha de
tunidad de darnos a nosotros una Teníamos como ocho días. Como al ajonjolí, papaya, cacao… Bueno, y
adjudicación en la reforma agraria. mes volvió y regresó con el Ejército el señor Alfonso Murgas no nos mo-
una mañana, y nos agarró como a lestó más. Entonces comenzamos a
Bueno, pasaron los años y noso- doce personas. Entonces los metió buscar un diálogo. Ya entró una or-
tros hicimos todo el estudio de lo presos. Nosotros luchamos. Fuimos ganización que había en el departa-
que era El Toco. Entramos por la y pusimos en la emisora Radio Gua- mento del Cesar, comenzó a entrar
vía de hecho. Nos tomamos ese te- tapurí. Fuimos a la Defensoría del Anmuci, que era una organización
rritorio a la fuerza. Y, bueno, para Pueblo. Una jueza que había en San de mujeres campesinas, la ANUC,
nosotros fue una alegría porque no Diego la destituyeron por esto, por- que eran usuarios campesinos. Ya
teníamos a dónde trabajar. Siempre que no había una orden. La hicimos teníamos 3 organizaciones con no-
estábamos acostumbrados a traba- destituir en esa época en el 91. sotros haciéndonos acompañamien-
jar en tierra ajena, sembrando para to, la Umata que también existía,
allá y para acá el maíz, la yuca, y al Bueno, el señor Alfonso Murgas, nos fue a visitar por primera vez, ya
llegar a este territorio, donde había cuando regresó, encontró maíz, en- nos sentíamos tan seguros que el se-
animales hasta silvestres, había bu- contró yuca, ajonjolí, cacao, y dijo: ñor Alfonso Murgas más nunca nos
rros, caballos, ganado silvestre, fue “esta gente tiene ganas de trabajar”. molestó.
una alegría para nosotros porque era Ahí había un secuestre que le arren-
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