Page 191 - Velasco y la independencia nacional
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La Ley Forestal y de Fauna Silvestre 21147 • Roger Rumrrill
utopía de Ford en la Amazonía es hoy un cementerio de ca- sas, fábricas y almacenes herrumbrosos, carcomidos por la vejez y el olvido.
Otro conquistador de EE. UU quiso construir un imperio como Henry Ford en la Amazonía Peruana en 1954, el mul- timillonario Roy Le Torneau que se hacía llamar el “Socio de Dios” porque destinaba a su iglesia protestante, el diez por ciento de sus utilidades. Tournavista se llamó su qui- mera. Sobre una superficie de 400 mil hectáreas empezó a criar vacas. Pero cuando ya tenía 15 mil vacas para la pro- ducción de leche, queso, mantequilla y manjar blanco, la naturaleza amazónica empezó a imponer sus normas y los vientos políticos de los años setenta comenzaron a derrum- bar su imperio.
En la década de los 60 y 70, poco después de la Guerra de Vietnam y el inicio de un período de expansión y creci- miento de la economía mundial, asomó el ciclo de las drogas, gracias en parte a la demanda adictiva de los 500 mil vetera- nos estadounidenses sobrevivientes de la guerra vietnamita y también los fastuosos nuevos hábitos y costumbres de los ricos del mundo, que reclamaban abrigos de pieles y plumas de animales silvestres. Entonces estalló ese devastador ciclo de tráfico de animales silvestres de la cuenca amazónica, de África y Asia.
3. El general Gallegos, Dourojeanni y la Ley 21147
Una ley que ayudara a poner freno al devastador tráfico de fauna silvestre y de flora amazónica era cuestión de vida o muerte desde el inicio del Gobierno Revolucionaria de la Fuerza Armada, el 3 de octubre de 1968.
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