Page 214 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
ción llegó a tal extremo que parte del público entraba a la
sala de cine cuando el cortometraje había terminado.
Los exhibidores manifestaron su disconformidad indi- cando que el cortometraje en general era de pésima calidad y además de ocasionarles las protestas del público debían invertir en la compra de “carbones” los proyectores de las salas en ese momento eran a carbón.
Lo cierto es que esta ley en cuanto al cortometraje, salvo ligeras excepciones, no generó obras de buena calidad y mucho menos el desarrollo del largometraje.
Caso del Largometraje
A diferencia del cortometraje, los largometrajes debían por si lograr la convocatoria del público. La gente acudía a las salas cinematográficas para espectar el largometraje.
Los largometrajistas tenían que enfrentar en primer lugar la censura representada por la Junta de Supervigilancia de películas, que actuaba por comisiones. Ellos decidían qué películas se podían exhibir en el Perú y los grupos etarios a los que estaban destinadas. Así se clasificaban en menores, mayores de 18 y mayores de 21 (estas calificaciones a veces variaban y también colocaban no apta para señoritas). La in- quisición (la iglesia estaba presente en la Junta) se quedaba corta en algunos casos.
Una vez que pasaban la censura, las películas de largo- metraje caían en manos de la COPROCI que decidían si le otorgaban la llamada exhibición obligatoria. Muchas veces, por razones políticas se negaba la exhibición.
Las películas de largometraje recibían el íntegro del im- puesto a los espectáculos públicos no deportivos y del IGV.
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