Page 216 - Velasco y la independencia nacional

VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
concreto era que al estar la película peruana en el cine Me- tro, Tacna o Pacífico las distribuidoras no podían colocar sus productos, pues se quedaban sin las cabeceras que eran las salas más rentables. Los exhibidores siempre se aliaban con las distribuidoras alegando que éramos malos proveedores, que por muy taquillera que fuera la película peruana solo se producían dos o tres al año, y por lo tanto, ellos dependían de la oferta de la transnacional para seguir trabajando y ga- nando dinero.
La disputa entre los sectores cinematográficos fue muy grande, el boicot y sabotaje manifestado en diferentes for- mas se hizo permanente. Quitar las butacas, proyectar la pe- lícula sin correr la cortina, bajar el sonido al proyector para que el público no escuchara y abandonara la sala, así como exigir sencillo a la hora de la compra de las entradas fueron parte de las formas de sabotaje de los conductores o due- ños de sala. Recuerdo que cuando proyectamos la película El Caso Huayanay un Sr. Martínez, conductor o propietario del cine Alcázar, puso junto a la ventanilla de compra de la entrada un cartel en el que pedía disculpas a su público por verse obligado a proyectar esa película. La mencionada obra estaba hablada en quechua con subtítulos en español y trata- ba sobre un caso acontecido en la comunidad de Huayanay en Huancavelica.
Los cineastas contábamos con un sector del Estado que inspeccionaba la sala y aplicaba las multas correspondientes. Las cosas cambiaron con la destitución de Velasco y el ingre- so de Morales Bermúdez.
Con todas las dificultades, los largometrajistas iniciamos la carrera cinematográfica. Temas nunca vistos en la pantalla comenzaron a ser vistos por el público que, en un inicio re- huía el cine nacional, pero poco a poco fue no solo aceptán- dolo sino haciéndolo de su preferencia.
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