Page 228 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
5. La creación del Día de la Canción Criolla
y el inicio del fin de la fiesta de Amancaes
Esta fecha se erige como una muralla china que separa los diversos géneros musicales y danzarios del Perú, en benefi- cio del valse y marinera limeña, como atributos de un sector social que así cree mantener su hegemonía cultural sobre el país.
Paradójicamente, quien más pierde es la música criolla, pues se reduce y empobrece el universo social y musical de oyentes y cultores de estos géneros.
La intensa y frondosa movilidad social del tercio final del siglo XX, con el avance de la migración andina y provinciana que invade Lima en los años 60 y 70, era un fenómeno cultu- ral y musical cuya avanzada en música, comidas y costum- bres estaba ya instalada desde décadas anteriores.
En pocos años, los huaynos, mulisas, yaravíes, tonde- ros, la marinera norteña y serrana, y otros géneros del Perú profundo, abruman los espacios y programas radiofónicos y ámbitos privados y sociales de la gran ciudad. La música criolla limeña queda reducida a una mínima expresión. En lenguaje actual, diríamos que se produjo el sinceramiento de la realidad musical de la sociedad peruana. Un país, cuya población indígena y mestiza constituía el 70% del total na- cional, difícilmente podía mantener una sola música domi- nante, que era cultivada por el 20 o 25% de su población. La preeminencia que ésta mantuvo entre 1940 y 1970 se explica por el control del poder y de los aparatos ideológicos usando los medios de difusión masivos y el sistema educativo.
Este factor excluyente desde el lugar de la enunciación oficial de la música es lo que finalmente produce el debilita- miento de la música criolla limeña y la reiterada y angustiada pregunta de si el valse se está muriendo. No está muriendo,
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