Page 256 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
–competencia electoral de partidos- como de las de los socia- lismos reales –modelos de partido único- para tratar de esbo- zar, creativamente, su propio camino. Se pensó nada menos que en otra forma de democracia, una “democracia social di- recta”, que fuera el correlato político de la “propiedad social directa de los medios de producción”, y estuviera sustentada en “una red nacional de instituciones sociales” “económicas, representativas, culturales y funcionales” conformadas por productores, a la cual las Fuerzas Armadas deberían haber transferido progresivamente el poder político.13
El gran detalle, en todo caso, fue que tal sistema político nunca llegó a existir y la toma de decisiones durante todo el proceso “revolucionario” fue potestad excluyente de las Fuerzas Armadas como institución, más que de Velasco como individuo.14 Esto último desdibuja la controvertible y esparcida caricatura de una “dictadura” personalista en este periodo. Pero la verticalidad militarista del gobierno sin duda existió y no pudo ser revertida ni balanceada, con lo que ni aun los sectores sociales que este había favoreci- do y que lo apoyaban decididamente pudieron incidir con voz propia en el proceso. Más aun, el gobierno se volvió en ocasiones incluso contra sus propios aliados, en cuanto estos intentaron mantener algún margen de autonomía.15 Este in- equívoco sello autoritario del proceso de reformas coexistió simultáneamente con el temperamento y los efectos demo- cratizantes de las mismas. Queda claro que esta complejidad
13 Franco, 1975:263,264. Zapata sostiene que el General Velasco sí estaba pensando en esa transición política (Zapata, 2018:40).
14 Zapata destaca que, durante el gobierno de Velasco, el espacio decisivo de poder fue el Consejo de Ministros. (Zapata, 2018:185)
15 “La leyenda urbana [...] sostiene que hubo un prolongado romance entre el gobierno militar y los sindicatos comunistas. En realidad no fue así. Las relaciones fueron algo mejores al comienzo, pero durante la etapa final del velasquismo entre estos actores se desarrolló una fuerte lucha que alcanzó elevadas cuotas de violencia. [...] El partido comunista apoyaba en las alturas a un gobierno que lo apaleaba en las bases.” (Zapata, 2018:168).
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