Page 40 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
Perú no era sólo de los ricos ni de sus clases dirigentes. Era también de los obreros, también de los campesinos, también de los mineros, también de los estudiantes, también de los profesionales.
A comienzos de 1969, la correlación había cambiado. La inmensa mayoría de los oficiales del Ejército se sentían rep- resentados en sus ideales por el General Velasco y los coro- neles Fernández Maldonado, Rodríguez Figueroa, Gallegos Venero y Hoyos Rubio, que dieron vida al pensamiento ins- titucional y lo plasmaron en un plan de gobierno. Y sólo una reducida minoría quedaba como expresión de los viejos ti- empos, los Generales provenientes de las familias dirigentes, reacias a los cambios, apegados a la legitimidad del sistema, que pensaban así porque, simplemente, así habían sido edu- cados. El sistema les asignó un rol y ellos lo cumplían de la mejor manera posible.
El General Montagne había sido Ministro de Educación del presidente Belaúnde. Fue llamado al Gabinete cuando la mayoría aprista del Congreso censuró a Francisco Miró Quesada, el ideólogo de Acción Popular, y el presidente de la República, para hacer sentir al Apra el duro precio de su audacia, llamó a un General del Ejército a controlar el ma- gisterio aprista. Eso les serviría de lección. Y ahora, que se mostraran valientes y censuraran a Montagne, a ver si se atrevían con el Ejército.
El destino había querido que los Generales Montagne y Benavides se enfrentaran esta vez. Las “fuerzas vivas’ con- sideraban que ambos eran presidenciables. Cualquiera de los dos podía cumplir un excelente papel, naturalmente con el apoyo del capital. Ellos no se prestarían jamás a traicionar los intereses de su gente ni permitirían que los resentidos so- ciales coparan el Gobierno porque, entonces, eso significaría que habría llegado el comunismo.
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