Page 81 - Velasco y la independencia nacional
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El Antidogmatismo del Proceso Peruano • Carlos Delgado
destruirla, y la crítica de quienes la respaldan, cuyo obje- tivo al señalar errores es, por el contrario, perfeccionarla y contribuir a su triunfo.
De allí que la crítica revolucionaria no pueda confun- dirse con la “crítica” de la antirrevolución. La primera cumple, además, una función educadora de inexagerable importancia. Por ello mismo, la crítica revolucionaria tie- ne que ser no solo constructiva sino, fundamentalmente, responsable, es decir, basada en un real conocimiento de los hechos que se observan y en un meditado análisis de lo que se critica. En otras palabras, la crítica revoluciona- ria tiene que ser, en esencia, honesta y leal y, por lo tanto, capaz de rectificarse y reconocer sus propios errores y li- mitaciones.
Cuando quienes se auto titulan revolucionarios critican sin fundamento una medida trascendental de la Revolu- ción y no son capaces de rectificarse pese a la evidencia de su error, su crítica es irresponsable y desleal. No es crítica revolucionaria, sino actitud negativa que daña a la revolución y favorece a sus enemigos. En suma, en una revolución la crítica es un derecho y un deber, pero solo a condición de que tenga esos fundamentales elementos de responsabilidad y lealtad sin los cuales, en realidad, se convierte en una forma de sabotaje a la revolución.
Lo anterior se refiere claramente a quienes se reclaman militantes de la revolución. Situación muy distinta es la de quienes, sin reclamar tal posición, se dijeron siempre partidarios de la transformación del Perú. Ante evidencias categóricas de que esa transformación ya ha comenzado, resulta insostenible mantenerse al margen del proceso re- volucionario para brindarle un “apoyo crítico desde fue- ra”. Quienes han dicho estar a favor de la revolución en el Perú, están moral y políticamente obligados a respaldarla
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