Page 18 - APERTURA CIENTIFICA - EQUIPO 7
P. 18
otro lugar de la Tierra. Con el fin de dar respuesta a esta incógnita, Gilbert analizó
la variación angular del versorium en diferentes posiciones alrededor de la terella.
A partir de este modelo, propuso una ley para determinar la inclinación de la aguja
magnética en todos los puntos del planeta, que aparece en el quinto libro de “De
Magnete”. Su Tierra magnética puede considerarse el fundamento del
Geomagnetismo, la rama de la Geofísica que estudia el campo magnético terrestre.
Por lo que se refiere a la navegación, sus contribuciones fueron avaladas en 1600
por el matemático Edward Wright en su prólogo de “De Magnete”: «En verdad, en
mi opinión, no hay ningún tema de mayor importancia o de mayor utilidad para la
raza humana».
Otro caso destacado fue su
aspiración por correlacionar la
longitud con la declinación
magnética o desviación del norte
magnético respecto al norte
astronómico. El trabajo se fue a
pique con el descubrimiento, en
1634, de la variación de dicha
declinación magnética con el
tiempo. Se comprobó que el valor
había disminuido de 11º al este del
norte geográfico en 1580 a 4º este
en 1634.
Sin embargo, los experimentos que
llevó a cabo y las ideas sugeridas
fueron tantas, que es lógico que
algunas no llegasen a buen puerto.
Para Gilbert, la fuerza magnética
inmaterial que tenía la Tierra la
dotaba de alma, la posesión de la cual constituía una explicación común, por aquel
entonces, para los planetas y otras entidades que se movían por sí mismas. La
rotación terrestre, a su vez, podía provenir de esta “alma” puesto que examinando
cómo flotaban magnetitas esféricas en pequeños botes de madera, había advertido
que las fuerzas magnéticas podían producir movimientos circulares. En su opinión,
por tanto, el “alma magnética” de la Tierra (a la que se refería como Tellus o “Madre
Tierra”) hacía girar el planeta alrededor de su eje, estabilizado en un punto cercano
a la estrella polar.