Page 124 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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[...] La potencia física del héroe atemorizó a Euristeo cuando lo recibió una vez finalizado el primer trabajo, que fue traerle la cabeza del león de Nemea. Por ello le prohibió entrar a la ciudad, debiéndole presentar el resultado de las siguientes tareas ordenados desde las puertas del palacio, temor acrecentado por la preocupación de que Heracles se adueñase del poder en Micenas. Por ello se cuenta que se refugiaba en una tinaja como protección...
Los trabajos fueron:
matar al león de los bosqUes de nemea
En la mitología griega habitaba en la zona de los bosques de Nemea un león, despiadado monstruo del que se dice que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene. Esta fiera habría estado aterrorizando los alrededores de Nemea ciudad de la Argólida, en el actual municipio de Corinto y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable por las armas. Partió Hércules a ca- zarlo y se hospedó en casa de Molorco (pastor de Cleone, al sur del Peloponeso) quien le dio buena acogida, para después partir hacia la guarida de la fiera.
Cuando Heracles se enfrentó por primera vez con el animal, lo hizo usando su arco y flechas además de un garrote que había hecho de un olivo que él mismo había arrancado de la tierra y una espada de bronce, pero todas las armas le fueron inútiles.
La morada del animal tenía dos entradas, entonces Hércules azuzando a la fiera la hizo penetrar por una de ellas y de inmediato la obstruyó, para después con sus propias manos matar al león estrangulándolo con esa fuerza sobrehu- mana que tenía.
Llevó entonces el cuerpo del león a Micenas para que lo viera el rey Euristeo, que era quien elegía las áreas y tareas para el héroe en el camino de los doce trabajos. Pero el rey, que aparece como un hombre incapaz tanto física como mentalmente, sintió miedo ante la fiera que, aún muerta seguía infundiendo terror, por eso Euristeo le ordenó que a partir de ese momento le mostrase el fruto de sus trabajos desde afuera de su vivienda y además le pidió a sus her- reros que le forjasen una tinaja de bronce, en la que se escondía, refugiándose cada vez que se le anunciaba a Hércules volviendo de sus trabajos, los que eran verdaderas hazañas. Además se cuenta que, para evitar la cercanía de Heracles, le comunicaba sus instrucciones mediante un heraldo.
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