Page 145 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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Fue la diosa Hera quien dispuesta a ayudar a Jasón, convence a Afrodita para que interceda con su hijo Eros y que él, con uno de sus dardos del amor fleche a Medea, mujer muy astuta y hechicera hija del rey de la Cólquida y que había aprendido las artes del hechizo de su tía, la maga Circe.
Ese proceder de Eros fué muy efectivo, ya que Medea se enamora perdida- mente del héroe Jasón y él también de ella.
Es así como el héroe, ayudado por Medea, que le proporciona pociones y ungüentos mágicos a cambio de que se casase con ella y la llevase con él a Grecia y muy estimulado con la fuerza que ella le transmitía logra arar la tierra, además de primero hacer dormir y después matar al dragón que custo- diaba al vellocino, sembrar sus dientes, pudiendo ver que rápidamente surgieron de su siembra un ejército de soldados armados, a los que también Medea me- diante sus artilugios consiguió que se aniquilaran entre sí.
Toda esta ardua tarea permitió que Jasón se hiciera del preciado trofeo, con el que regresaría a su patria.
Para ello la princesa valiéndose de todos sus recursos mágicos lo logra, muy a pesar de su padre, que decide perseguirlos tratando de impedir que fuguen con el vellocino, atributo tan significativo para él.
No obstante ellos dos y los argonautas escapan en la nave. Medea enceguecida mata a su hermano y va arrojando los trozos de su cuerpo al mar, ante la de- sesperación de Eetes que va recogiendo tras ellos esos restos de su hijo, lo que les da tiempo a los argonautas y a la pareja de enamorados para escapar de sus perseguidores, mientras Eetes decidió anclar en alguna playa del Ponto Euxino (Mar Negro) para sepultar a su hijo.
El Argos siguió su camino, completando un muy extenso recorrido, entrando al río Danubio por el Mar Negro y navegándolo en todo su recorrido, que según se dice..., unía en la antigüedad a este mar con el Adriático...
En su camino hacia el sur, pasaron por Creta, donde tuvieron que enfrentarse al gigante Talo (robot creado por Efesto) puesto por el rey Minos como baluarte defensivo ante las incursiones de forasteros. En esta lucha, la siempre presente astucia y los hechizos de Medea, neutralizaron las fuerzas del gigante.
Siguiendo su ruta por el Mar de Creta salvando dificultades y tras mu- chas peripecias cruzaron el Egeo hasta arribar a Yolco, suburbio de Volos, en Tesalia, trayendo consigo al muy codiciado vellocino de oro.
Dr. Juan Carlos Miller |143|