Page 154 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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Antea, mujer de Preto tomó esta actitud como un desprecio y entonces acusó vengativamente al joven de intentar seducirla, clamando por su muerte.
Preto, para no matarlo él, se lo envió a su suegro Yóbates que reinaba en Licia, en el sud oeste de Anatolia, frente a la isla de Rhodas, quien luego de agasa- jarlo decidió que la mejor forma de eliminarlo era mandarlo a realizar la imposible tarea de exterminar a la bestia Quimera.
La Quimera era un monstruo híbrido (con cuerpo de cabra, cola de ser- piente y cabeza de león que largaba fuego por la boca) que vagaba por las poblaciones de Asia Menor aterrorizándolas, asolando los fértiles campos y devorando al ganado.
   Dice la leyenda que de esta bestia, seguramente descienden La Esfinge y el León de Nemea.
Hay dos esfinges, la griega, que era una mujer y la egipcia que suele mostrarse como un hombre. En la mitología griega, la esfinge era un demonio de destrucción y mala suerte, que se re- presentaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave las que eran ubi-
  cadas grupalmente, en general frente a un templo (avenida de las esfinges) pensando que cobraban vida y protegían al templo durante la noche.
[...] La quimera es un animal tan fantasioso o utópico, que es utilizado en la literatura el nombre de este monstruo para adjetivar a todo aquello que sería imposible de lograr, pero Belerefontes antes de emprender la tarea de destruírla fue al adivino Pollido, quien le aconsejó capturar y domar al caballo alado Pegaso para que lo ayude en su ardua misión.
Este caballo era muy deseado por las musas del Monte Helicon en Beocia, pues había demostrado una vez que con un fuerte golpe de su pata en el suelo, había hecho brotar la fuente de agua dulce Hipocrene de la tierra del monte
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