Page 92 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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demeter y el rapto de perséFone
Era la diosa griega de la agricultura, de la fecundidad, protectora de los cam- pos hija de Cronos y de Rea, habiéndosela llamado Demetra en griego antiguo.
Era considerada deidad portadora de las estaciones y la madre protectora de la tierra cultivada y del trigo, lo que desarrolló su culto no sólo porque los nó- mades guerreros se asentaron en poblados agrícolas, adoptando así el estilo de vida sedentario, sino también por el hecho de haberle dado el grano de trigo a los atenienses para ser molido y procesado, lo que hacía al hombre diferente de los animales salvajes.
Por esto es que resulta frecuente confundirla con su abuela Gea y al primer mortal al que la diosa le confirió el conocimiento fue a Triptólemo, príncipe de Eleusis, ciudad cercana a Atenas, vecina al golfo Sarónico. Ella le enseñó todos los secretos de este oficio como agradecimiento por su buen trato en la ciudad, siendo posteriormente él quien expandió esas enseñanzas por toda Grecia.
Demeter tuvo una sola hija, Perséfone, con la que mantuvo siempre una estre- cha relación, por lo que es muy frecuente en la mitología ver referida a Dem- eter asociada con su hija.
Si bien Démeter y Zeus eran hermanos, aún asi, éste la tomó por la fuerza y de esa unión nació Perséfone, pero además la diosa fue cortejada por los dioses Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, rechazando ella todos sus regalos y alejando a su hija de la compañía de los dioses, para llevar así una vida ascética.
Pero un día, mientras que Perséfone recogía flores en un campo de Enna junto a las ninfas Atenea y Artemisa, hermanas del padre, su tío Hades enamorado de la joven, apareció emergiendo de una grieta del suelo, la tomó y la llevó con él al inframundo, para convertirla en la diosa de los infiernos.
Aparentemente este rapto se consumó con la cómplice ayuda de Zeus según muchos relatos mitológicos, en ausencia de su madre Démeter. Como puede verse, los dioses míticos griegos eran voluntariosos, egoístas y hasta crueles en sus actitudes y decisiones, siendo claro que muchísimas veces ni tenían la intención de actuar correctamente ni ser guiados por el espíritu de amor, justicia y respeto.
Este hecho del rapto de Perséfone, provocó que la vida vegetal quedara paralizada mientras la angustiada Démeter, que había abandonado sus
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