Page 93 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
P. 93
labores, buscaba a su hija perdida sin descanso. Así andaba Démeter, vestida de negro en señal de duelo, transformando su belleza y esplendor divino en la imagen de una madre humana angustiada.
Fue que entonces la tierra abando- nada por Démeter agonizaba, se fue volviendo estéril, nada brotaba, ni florecía, ni daba frutos...
Démeter y Perséfone
Informada por Helios sobre donde se encontraba su hija y desesperada, bajó al inframundo enfrentando los riesgos que ello conllevaba para rescatar a la joven desaparecida. No fue tan fácil...
Debió recurrir a Zeus, quien ahora arrepentido y muy preocupado por el esta- do en que estaban la tierra y sus cultivos (y a pesar de no desear conflictos con Hades) decidió no tolerar más esa situación, por lo que obligó al dios del infra- mundo a devolver a Perséfone a su madre, enviando a Hermes para rescatarla.
Pero Hades puso una condición y fue que Perséfone no probase bocado en todo el trayecto de regreso... Pero previamente la había engañado haciéndole comer varias semillas de granada, episodio que ató a Perséfone al mundo de los muertos para siempre.
Para suavizar la situación, Zeus dispuso que Perséfone viviera seis meses con Démeter, para que en ese lapso en que volvía la joven al Olimpo permitiría que volviese a la tierra la fuerza germinadora de los vegetales y así los cultivos revivían y recobraba todo su lozanía. Los seis meses en que Perséfone volvía al oscuro Tártaro con su esposo, la tierra se tornaba estéril, sobreviniendo la tristeza del otoño e invierno... y como la presencia de Perséfone en la tierra era cíclica, así se formaron las cuatro estaciones...
En la mitología romana a Démeter se la llamó Ceres y a Perséfone se la llamó Proserpina.
Los misterios eleusinos, celebraban el regreso de Perséfone, símbolo del renacimiento de la vida vegetal, que era el regreso de las plantas y por exten- sión simbolizaban también el retorno de la vida a la tierra.
Hécate, diosa de la brujería y de los caminos y encrucijadas había es- cuchado sus gritos, por lo que le su- girió a Démeter hablar con Helios (el sol) que todo lo ve, para que le contase lo ocurrido, además de acompañarla.
Dr. Juan Carlos Miller |91|