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Estas políticas, formuladas desde visiones          las cuales 60% corresponde a mujeres, con un rango
                  ancladas en el modelo neoliberal, introdujeron      que fluctúa entre 54% y 70% en los diferentes
                  en  Latinoamérica  y  el Caribe la  precarización  del   países. También se destaca la segregación sexual   51
                  empleo en las instituciones de salud y, con ello, la   horizontal, el fenómeno de masculinización
                  desprotección y deterioro de la calidad de vida y   progresiva en enfermería, en oposición a la
                  salud de quienes trabajan y atienden a la ciudadanía   feminización de la carrera de Medicina, cambios
                  derechohabiente. De esta manera, al ignorar el      que contribuyen a un nuevo equilibrio de poder en
                  análisis de género también se ignora el cuidado     el campo de la salud. Por otra parte, la segregación
                  de la salud que realizan las mujeres en los hogares   sexual vertical se expresa en las escalas de mando y
                  –de forma no remunerada– e invisibilizan las        en las categorías de empleo que conllevan desigualdades
                  consecuencias del doble empleo, así como su aporte   salariales, situación que se agrava por el alto
                  a la economía.                                      porcentaje de mujeres jefas de hogar y sin pareja
                                                                      que tienen un empleo en este sector.
                  De acuerdo con lo anterior, en el sector de la
                  salud ha aumentado la precariedad del empleo        La salud de este personal se ha visto afectada en
                  y el pluriempleo, que se afirma es mayor para los   ambos  sexos,  pero  el  impacto  es  mayor  para  las
                  hombres, pero no considera los “dos empleos” de     mujeres, como consecuencia de la carga de trabajo
                  base que ejecutan las mujeres. Si bien los hombres   no remunerado, la maternidad, el acoso sexual y
                  dedican en apariencia más horas al trabajo          laboral, los turnos rotativos que impiden conciliar
                  remunerado, las mujeres los superan en el total de   la vida laboral y familiar y la insatisfacción con su
                  horas  trabajadas,  producto  de  la carga  laboral  no   desarrollo personal, entre otros factores. Lo anterior
                  remunerada que recae sobre ellas.                   explica las crecientes cifras de  burnout  y, en
                                                                      algunos países como Uruguay, la mayor mortalidad
                  A continuación se aborda en el texto la realidad de   femenina en la profesión médica, con el suicidio
                  la fuerza de trabajo en salud en la región, que está   como tercera causa de muerte. Las repercusiones de
                  constituida por casi cinco millones de personas, de   esta situación también se aprecian en el deterioro
                                                                      de la calidad de la atención.

                                                                      Asimismo, en este apartado del libro se señala
                                                                      la debilidad de la participación ciudadana en las
                                                                      profesiones más feminizadas y el cambio que se
                                                                      opera a través de la masculinización de otras, como
                                                                      ocurre  en  enfermería,  donde  los  hombres  ocupan
                                                                      los puestos de dirigencia, relegando a las mujeres
                                                                      a cargos de menor relevancia. En este sentido, es
                                                                      evidente que el enfoque de género no ha permeado
                                                                      los espacios sindicales de la salud.

                                                                      Finalmente, el documento se refiere a transformaciones
                                                                      necesarias:  el  reemplazo  del modelo  biomédico
                                                                      financierista; la modificación del marco conceptual
                                                                      y ético que evalúa la calidad de vida y el desarrollo;
                                                                      la redistribución del trabajo no remunerado
                                                                      entre mujeres, hombres, Estado y sociedad; el
                                                                      aseguramiento de la salud y el bienestar de la
                                                                      fuerza de trabajo  en este sector, con énfasis en
                                                                      las políticas de cuidado institucional especializado
                                                                      de las y los trabajadores que se encuentran en
                                                                      ámbitos de mayor riesgo; la garantía de ampliación
                                                                      democrática mediante mecanismos de participación
                                                                      ciudadana deliberativa por parte de la fuerza laboral,
                                                                      la prevención y abordaje de las relaciones violentas
                                                                      entre quienes trabajan en salud mediante políticas
                                                                      y mecanismos transparentes y democráticos, así
                                                                      como  una  formación  sostenida  desde  el  pregrado
                                                                      en materia de género y derechos humanos que
                                                                      acompañe el estudio colectivo y transparente de las
                                                                      nuevas relaciones de poder que se han generado.
                                                 Yessica Sánchez Rangel







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