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GÉNERO Y SALUD EN CIFRAS
contacto” por parte de las mujeres Si el género es una variable que
a través de una serie tanto de no se discute a partir de sus
desarrollos teóricos como de trabajos hallazgos en el campo, entonces
de corte empírico. se da por sentado que la simple
participación en este deporte
perturba la masculinista y
heteronormativa naturaleza del
futbol americano, y es sólo de
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manera implícita que se puede
inferir la existencia de algún tipo
de rompimiento o resistencia a los
discursos normativos de género.
Sin embargo, la mera participación
de las mujeres en un deporte
tradicionalmente masculino no
es garantía del rompimiento
con la estructura hegemónica
masculina de dicha actividad, pues
al construir nuevas identidades, las
mujeres aún se enfrentan a una
lógica de la oposición binaria de
género. 9
Corporalidad y deporte
Si bien la práctica de deportes Es seguro decir que el cuerpo de
denominados de contacto o violentos las mujeres en una sociedad como
por parte de las mujeres no es la actual es un valor central, es
algo nuevo, la cultura sexista se ha un signo de status y un símbolo
v
empeñado en proteger el derecho y de éxito o fracaso. Lo que
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el dominio “natural” de los hombres constituye la belleza en el cuerpo
sobre los deportes, sostenido en la de las mujeres varía de acuerdo al
premisa de su superioridad física y en contexto, pero en las sociedades
el mito de la debilidad de las mujeres. occidentales se encuentra atado a
los atributos de lo que la feminidad
“debe ser”, el ideal femenino es
bello, pequeño, delgado y, quizá
más importantemente, débil. 6
v Jennifer Lawler cita al historiador Allen Guttman, quien hablaba de mujeres “en la tribu Diola de Gambia que participan en luchas como un rito de pasaje, que
las chicas y mujeres nativo americanas practicaban como parte de rituales de cortejo y fertilidad, y que se esperaba de las jóvenes espartanas que demostraran
sus capacidades como luchadoras y que fueran tan atléticas como los hombres […]; que en la Edad Media, el folk futbol, un equivalente del rugby y el soccer, era
un juego popular para las mujeres […] y hay referencias históricas a toreras en España” (Lawler, 2002: xxvi)
En México también podemos encontrar prácticas deportivas de las mujeres en la época prehispánica:
Algunos de estos deportes, que hoy llamamos autóctonos y tradicionales, fueron concebidos sólo para ellas, como la Carrera de Arihueta, Juego de la Mancuerna,
Aros, y otros que practicaban ambos sexos sin discriminación como el Juego de la Caña de Maíz, Lucha Tarahumara, Romáya, Juego de los Bastones, Pelota
Mixteca, Zancos, Control de Argolla, Olote que vuela o Juego del Corozo, algunos de los cuales se practicaban con equipos mixtos (CONADE).
Lawler también hace referencia a un documento de dos páginas en el que Stuart Kantor habla de que la historia del futbol americano profesional femenil
comenzó en los años 20 cuando en la National Footbal League (NFL) como espectáculo las mujeres se equipaban y jugaban en los medios tiempos de sus
partidos. Dicho documento, sin embargo, es un esbozo incompleto de una historia que aún no se ha terminado de escribir.
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