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En Nueva York, Dannenberg y otros autores, revisaron 2,331 expedientes de mujeres entre 15 y 44 años que habían Foto: Yessica Sánchez Rangel - Acervo del CNEGSR - Secretaría de Salud.
muerto por accidentes y violencias de 1987 a 1991, y reportaron que 39 por ciento estaba embarazada, de éstas, 63
por ciento se debió a homicidio y 13 por ciento, a suicidio. En dicho estudio se concluyó que el homicidio y otros
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daños contribuyen de manera importante a la muerte materna; hizo evidente que el problema existe y se necesita
pensar en él para poder brindar un apoyo específico a las mujeres durante la gestación, a fin de llevarlas a un término
sano del embarazo.
Además, las muertes por accidentes o violencia ocurridas en mujeres embarazadas no se reportan, y tienen también
una frecuencia elevada pero no diferenciada, en tanto es sabido que en muchos casos el embarazo es detonador de
violencia por parte de padres o esposos. En lo que respecta a accidentes, caídas, lesiones autoinfligidas y homicidios,
deberían ser registrados los casos correspondientes a mujeres embarazadas.
En este contexto, este trabajo tuvo como principal objetivo determinar la situación existente con
respecto a la violencia familiar hacia mujeres embarazadas con y sin PEE, que acudieron a su
atención de parto al Hospital de la Mujer, en el Distrito Federal.
Para dar respuesta a otros objetivos más específicos, se realizó una búsqueda intencionada, a través de una entrevista
sobre la ocurrencia de violencia familiar, entre pacientes con pre-eclampsia y/o eclampsia y en pacientes con embarazo
normal, resuelto sin complicaciones.
2011
Género y Salud mayo - agosto
en Cifras Volumen 9 36
Núm. 2